Entre rejas. Así han terminado siete personas detenidas este marzo por tráfico de drogas en Salou, Torredembarra y Vila-seca. En los tres casos, tenían en posesión cogollos de marihuana escondidos en coches, probablemente de ruta hacia sus destinos.
La ‘mala pata’ de cruzarse con un dispositivo policial, ya fuera de Mossos o de patrullas locales, ha permitido incautar hasta 184 kilos repartidos de la siguiente forma: Los primeros 40 en la intervención de Salou; otros 44 en el camión parado en el polígono de Torredembarra y los últimos cien en una furgoneta cuando fue interceptada por una patrulla de los antidisturbios a la altura del antiguo peaje de la AP-7 a la salida de Vila-seca.
En este último dispositivo, del pasado domingo, se pudo detener al conductor del coche y a los integrantes de la furgoneta. El primero hace las labores de abrir camino y vigilar si hay o no patrullas. Sin embargo, en la salida de la autopista los dos vehículos estaban demasiado juntos, por lo que les fue imposible esquivar el dispositivo policial.
Mossos explicaba ayer en un comunicado que los dos vehículos, coche y furgoneta, entraron en este ramal procedentes del norte y fue una maniobra sospechosa lo que les delató. Luego, el olor a marihuana terminó por señalar los 16 sacos con cogollos de marihuana y proceder a la detención de los cinco hombres. Junto al arresto se decomisaron casi diez mil euros en efectivo, un geolocalizador y lo más sospechoso: tres pistolas simuladas y placas y brazaletes de la policía de Polonia.
Una de las posibles hipótesis es que los cinco detenidos pudieran venir de un narcoasalto (de aquí las credenciales falsas). Mossos de momento solo informó de los hechos y del encarcelamiento de los cinco hombres, de edades comprendidas entre los 27 y 52 años.
En el primer decomiso de cogollos, el titular de la furgoneta esquivó el control, pero se localizó el vehículo aparcado y tirando del hilo se llegó al conductor. En el caso de Torredembarra, Mossos admite que el conductor del coche que abre paso y que esquivó el cerco policial sigue desaparecido.
