La movilización de la Associació de Veïns i Comerciants Barenys-Platja de Ponent de Salou en contra del anteproyecto del futuro Eix Cívic, en especial por los 16 edificios previstos, obligó a mover ficha al equipo de gobierno y al alcalde, Pere Granados. Su decisión fue paralizar la parte reservada a las viviendas, a la espera de acabar consensuando con los residentes en la zona este espacio considerado como el próximo eje vertebrador del municipio en el que, una vez desaparezcan las vías del tren, se abrirá una gran avenida verde de 2 kilómetros.
En el momento de dar marcha atrás el alcalde explicó que «nuestra voluntad es mantener el diálogo abierto, estudiar todas las propuestas que hacen llegar los diversos representantes y propietarios de los edificios afectados y valorar las alegaciones presentadas. Nos tomaremos el tiempo necesario para acercar posiciones y consensuar el proyecto».
Pero a pesar de sus palabras y de ese cambio de planes la gestión del Eix Cívic, que debería financiar la Generalitat según un acuerdo de 2013, ha suscitado críticas de los tres partidos políticos en la oposición de Salou.
Desde el grupo municipal de Esquerra Republicana de Catalunya en Salou su portavoz, Marçal Curto, tiene claro que «es inconcebible que un proyecto tan importante para el futuro de Salou se gestione de una manera tan nefasta y sin los necesarios procesos de participación ciudadana, y que además se utilice con intereses electoralistas».
Añade que «han sido la movilización popular y la presión de los grupos en la oposición lo que ha llevado al actual alcalde a protagonizar una huída hacia adelante visto el coste electoral que le puede comportar su mala gestión urbanística, que pone en riesgo el proyecto del Eix Cívic y el embrión del futuro tranvía del Camp de Tarragona».
Según Curto «cualquier modificación sustancial del proyecto aprobado inicialmente, requeriría un nuevo proceso de exposición pública, con el consiguiente retraso», detalla.
En Ciudadanos su líder, Pere Lluís Huguet, asegura que «llevábamos más de un año diciéndole al alcalde que el Eix Cívic debía reconsiderarse por completo. No se entiende que quiera generarse techo para financiar el proyecto cuando la urbanización debe pagarla la Generalitat. Y tampoco sería necesario ese techo en forma de viviendas para financiar el parking, como argumenta el equipo de gobierno, porque podría pagarse con una concesión privada o mixta».
Añade Huguet que «Pere Granados no escucha a nadie, ni a los representantes municipales ni a las asociaciones, y ése es su problema. Sólo escucha cuando le afecta a sus posibilidades electorales; no hay más. Cuando vio las pancartas en contra de los vecinos se asustó, y por eso ha dado marcha atrás, aunque aún nadie tiene claro qué pasará con las edificaciones», añade el portavoz de Ciudadanos.
Por su parte el concejal en Salou del PP, Mario Garcia, explica que «la paralización del proyecto evidencia que el gobierno de Salou sigue actuando a salto de mata, sin tener un proyecto de ciudad definido y gobernando con claros intereses electoralistas y partidistas. Este proyecto debería haber contado con el consenso de todas las fuerzas políticas con representación en el Ayuntamiento así como de los diferentes agentes sociales y entidades, haciendo prevalecer el interés general sobre el partidista».
Añade García que «el gobierno ha actuado con falta de transparencia y alejándose del consenso. Se evidencia en que el trámite de participación ciudadana se ocultó a los vecinos, por la oposición de estos al proyecto, en los términos en los que se ha redactado, y en que la aprobación inicial únicamente ha contado con los votos a favor del gobierno».
Y se cuestiona los edificios proyectados «ya que se restará un espacio que debería ser de uso público para la ciudadanía; se corre el riesgo de crear una nueva barrera de edificación en lugar de un espacio abierto».
Los vecinos recogen firmas en el Passeig Miramar
Los vecinos del barrio de Barenys y la Salut de Salou han iniciado esta semana una recogida de firmas en contra del anteproyecto del Eix Cívic en una carpa a pie del Passeig Miramar, una de las zonas más concurridas del municipio, aprovechando la elevada afluencia de visitantes con motivo de Sant Joan.
Su objetivo es conseguir tantas firmas como les sea posible de empadronados en Salou que luego presentarán ante el Ayuntamiento y la Comissió d’Urbanisme de Tarragona para que se reformule el proyecto y se eliminen los edificios proyectados, Esta recogida de firmas continuará cada sábado del mes de julio en el tramo más cercano a la Plaça De la Província.