Los vecinos del barrio ferroviario de Sant Vicenç de Calders llevan años reclamando dignidad para su núcleo, un ejemplo de colonia ferroviaria que ha podido sobrevivir al paso del tiempo y la especulación. Pero no al olvido y la desidia de las administraciones.
Para intentar evitar ese abandono se propuso hace años que el Ayuntamiento catalogase la zona como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) para lograr la protección e intervenciones para su recuperación. Pero no se ha hecho.
El Ayuntamiento ha aprobado, a petición de la oposición, seguir los trámites para esa declaración. Pero todo apunta a que va a quedar en una declaración de intenciones por las exigencias y consecuencias que podría tener.
Plan General
La concejal de Urbanismo, Nuria Rovira, señala que esa catalogación debe ser algo más que una protección arquitectónica. «Debe pasar por una modificación del Plan General». Y debe tener en cuenta elementos urbanísticos, de planeamiento y jurídicos.
Toda la zona es del gestor de infraestructuras ferroviarias Adif, que tiene autorización para levantar 211 viviendas. Ahora en la colonia ferroviaria hay 82. Pero para que Adif pudiese desarrollar esa urbanización debe acondicionar la zona, llevar los servicios y hacer un puente sobre las vías que es poco viable.
Expropiación
Adif puede plantear al Ayuntamiento que si quiere salvar la colonia, que haya una expropiación que sería cara. O compensar esa edificación en otros terrenos, lo que choca con un intento de controlar el expansionismo urbano. El gobierno dijo que ahora El Vendrell debe crecer hacia adentro.
La concejal señala que debe estudiarse el destino de la zona. «Desde el futuro de las estaciones del área metropolitana de Barcelona con aparcamientos disuasorios para evitar acceder a la ciudad en coche» o la conexión con la trama urbana de Coma-ruga.
Una situación complicada en la que, además, el actual Plan General contempla el derribo de todos los pabellones menos uno que quedaría como símbolo. Rovira destaca el enclave estratégico de toda la zona para El Vendrell y para Coma-ruga. «El estudio es más complicado que sólo tramitar una protección para preservar los pabellones».
La petición vecinal también va más allá de salvar edificios. Hay ocupaciones, infraviviendas y faltas de servicios que generan enfrentamientos entre los residentes. «Es un patrimonio. Es un lugar de El Vendrell y es un lugar donde viven vecinos», reclamó ERC-Som Poble. Por ello alertan de que no sólo está en peligro un patrimonio histórico, sino también un patrimonio vivo. «No es preciso un BCIL para el respeto que merecen los vecinos».
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