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Expulsados por la vivienda en BCN recalan en el Baix Penedès: así suben los precios en la comarca

De Gavà a Cunit o de Badalona a Calafell. Los barceloneses buscan casas más baratas en el Baix Penedès, la comarca de Tarragona donde el arrendamiento supone un mayor esfuerzo para una familia

14 enero 2024 19:58 | Actualizado a 15 enero 2024 10:57
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«Se da un doble efecto de expulsión. Al Baix Penedès viene mucha gente de Barcelona en busca de alquileres más baratos pero tienen unas condiciones de acceso que sobredimensionan la realidad, de forma que también se expulsa a la gente de aquí a otros lugares, por ejemplo, hacia el sur de la comarca», describe Javier Ortega, propietario de Finques Serrano, inmobiliaria en Segur de Calafell.

Jacqueline Gutiérrez, gerente de Casfincas, reconoce: «Casi todos mis clientes son de Barcelona, personas jóvenes de mediana edad. En uno de los casos, pagaban 1.600 euros por un piso en Badalona y prefieren vivir en Cunit por 700. Pero la situación es complicada, con mucha demanda y pocos pisos».

Gutiérrez añade que en cuestión de unos años un piso estándar ha pasado de valer 400 euros de alquiler al mes a unos 700. Los arrendamientos se han disparado en todos los municipios pero especialmente en el Baix Penedès, una comarca con una casuística especial. «Se está notando mucho el efecto de la cercanía de Barcelona, tanto a nivel de compra como del alquiler. Todo el cliente que nos viene es de allí, del cinturón litoral, de L’Hospitalet de Llobregat, Sant Boi, El Prat, Gavà o Castelldefels», reconoce Esther Otero, abogada, agente inmobiliario al frente de Finques El Prat, en Calafell. Otero pone ejemplos: «En Barcelona una habitación te cuesta 750. Aquí los precios han subido exponencialmente en los últimos años, pero son algo más asequibles desde la óptica de Barcelona».

Esa demanda añadida que procede de la capital catalana acaba repercutiendo en un aumento de tarifas que se da en lugares como Segur de Calafell, Calafell o Cunit.

De 600 euros a 900 en tres años

Cualquier indicador o muestra de piso ilustra bien el encarecimiento. Otero pone otro caso: «La media de una vivienda de tres habitaciones, para una familia normal trabajadora, rondaba los 600 euros hace tres años. Pero después de la Covid, todo empezó a subir. Esa misma vivienda, sin grandes lujos, se pone en casi los 900».

«Es un doble efecto. La gente de Barcelona también expulsa a los buscaban ya vivienda aquí, en busca de precios más baratos», reconoce Javier Ortega, propietario de Finques Serrano

A medida en que nos aproximamos al área metropolitana, las rentas van subiendo. «En Cubelles o Vilanova i la Geltrú los precios aún son más altos», indica Otero.

Las estadísticas corroboran todo ello. El Baix Penedès es la comarca de la provincia donde más esfuerzo se dedica a pagar el alquiler, según un estudio reciente de la Cambra de Comerç de Barcelona. Un 21,1% de la renta familiar disponible se destina al arrendamiento, por delante del 19,9% del Tarragonès y del 18,8% del Baix Camp, las otras comarcas más exigidas. El Baix Penedès aún está por debajo de comarcas próximas como el mismo Barcelonès (25%), el muy cercano Garraf (24,8%) o el Baix Llobregat (22,9%).

Desplazamientos en tren

Sobre el mapa, la comarca tarraconense parece haberse incorporado a esas zonas más o menos próximas a Barcelona que están recibiendo a población en busca de vivienda. «Son más bien perfiles de mediana edad, no demasiado jóvenes, de más de 32 años. Aunque tengan que desplazarse diariamente a trabajar a Barcelona, prefieren vivir aquí. Lo que marca es la conectividad del tren, la línea de cercanías que permite desplazarse. Cuando hay que hacer trasbordo hacia el interior, la conexión ya se complica algo y eso se nota en los precios, que no son tan altos», asegura Ortega.

«La cercanía de Barcelona marca mucho. Vienen de Sant Boi, Gavà, El Prat o L’Hospitalet», explica Esther Otero, propietaria de Finques El Prat

El problema de raíz es similar al que pueden sufrir poblaciones como Tarragona o Reus. «Hay mucha demanda de alquiler y poco producto. Entonces suben los precios. Un piso de tres habitaciones podría estar hace cuatro años en 500 euros y ahora ronda los 700-750. Por eso vienen tantas personas de Barcelona, que valoran la idea de instalarse aquí», cuenta Núria Cano, propietaria de Inmobiliaria Cano, en Cunit.

Cunit, Calafell o Segur son los núcleos con más problemas. Son más caros que TGN o Reus

Javier Ortega reconoce que «vienen decenas de personas al día y no se les puede ofrecer nada en condiciones. Lo que el mercado presenta está fuera de precio, para nada acorde con los sueldos».

Parecida situación se da con la compraventa. El Baix Penedès lidera el ranking tarraconense de comarcas en esfuerzo para sufragar la hipoteca: un 25,4%, que vuelve a superar al Tarragonès (23,2%) y Baix Camp (21,2%). El dato, eso sí, se queda alejado del 37% que registra el Garraf.

En máximos históricos

El informe de la Cambra de Comerç de Barcelona reconoce que «el esfuerzo económico que un hogar medio tiene que realizar para acceder al hogar ha mostrado una tendencia creciente y se sitúa en máximos históricos desde, como mínimo, el año 2001».

«Todos mis clientes son de Barcelona. Prefieren vivir en Cunit por 700 euros que en Badalona por 1.600», señala Jacqueline Gutiérrez, gerente de Casfincas

A esa circunstancia se añade el trasvase en los últimos años del parque residencial al turístico, donde los propietarios suelen encontrar mayores rentabilidades. El Baix Penedès, un importante epicentro turístico de la Costa Daurada, no es ajeno. El estudio de la Cambra apunta: «En un contexto en que la construcción de nuevas viviendas es escasa, la oferta de inmuebles residenciales también se está viendo afectada en determinadas localidades por fenómenos como el turismo residencial, que ha ganado mucho protagonismo».

En 2015 representaba en Catalunya el 45% de las plazas turísticas y en 2022 se eleva al 61%. El estudio destaca la «elevada presencia de las demarcaciones de Girona (42% del total de plazas en Catalunya) y Tarragona (29%)».

A la escasez de producto se añade la demanda en auge por el efecto de la prohibitiva Barcelona

Ahora, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda y el tope de precios, las inmobiliarias temen que se acentúe aún más la tendencia. «Cuando en 2020 se aplicó el tope en Catalunya ya vimos inmediatamente que pisos que eran de alquiler para larga temporada se pasaron al turístico. Ahora puede volver a pasar igual. Este tipo de leyes, en lugar de inyectar vivienda al mercado, capan la oferta que ya hay», añade Ortega, que denuncia «una especulación sobre el precio de los alquileres turísticos».

Más vivienda social

La Cambra de Barcelona insiste en tomar medidas para aumentar la oferta disponible de alquileres, tales como simplificar y agilizar los procedimientos de tramitación de licencias de obra nueva, movilizar suelo público y privado existente para construir vivienda social, «una práctica que no se ha consolidado en Catalunya». También plantea impulsar la colaboración públicoprivado asegurando una rentabilidad atractiva al inversor o bonificaciones fiscales adicionales a los dueños que alquilen a un precio inferior al de mercado.

Un piso de tres habitaciones valía en Cunit 500 euros hace cuatro años y ahora ronda los 700-750», indica Núria Cano, propietaria de Inmobiliaria Cano

Algunas de las poblaciones del Baix Penedès tienen los precios más altos de arrendamiento medio en la provincia, según los datos de 2023 de la Agència de l’Habitatge de Catalunya. Con el balance del tercer trimestre del año pasado, Calafell fue el municipio, de entre los diez más grandes, con un alquiler medio más caro (698 euros), por delante de Cambrils (680). También Cunit, 689 euros, supera los valores de ciudades como Tarragona, Reus o Salou.

Si se analiza el acumulado del año 2023 hasta el tercer trimestre, Cambrils es el más prohibitivo (686 euros). A continuación aparecen Cunit (678) y luego Calafell (667), siempre teniendo en cuenta los municipios más poblados de la provincia.

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