Godo, como así han bautizado al lagarto gigante de Gran Canaria que llegó al Centre de Recerca i Educació Ambiental de Calafell (CREAC), se prepara para regresar a casa. El término ‘godo’ es como algunos en Canarias llaman a los peninsulares.
Sin embargo el regreso a casa no es fácil. Tampoco lo ha sido el periplo de Godo desde que se coló en un barco mercante de chatarra y llegó a Lebrija, en Sevilla, donde la Guardia Civil lo rescató.
Godo llegó en muy afectado y desnutrido. Fue llevado a Fuengirola a un centro de recuperación, donde tampoco mostró signos de evolucionar por lo que se decidió llevarlo al CREAC donde hay equipamientos adecuados para atender a reptiles.
En los meses que ha estado en Calafell, Godo, que es una hembra, se ha recuperado, se alimenta con normalidad e incluso ha puesto huevos. Infértiles ya que no hay macho.
La especie está muy amenazada por la serpiente real de Calaifornia
Ahora en el CREAC se prepara un papeleo para devolver a Godo a su tierra. El retorno es importante ya que el animal es de una especie endémica de las Canarias que está desapareciendo muy amenazada por la serpiente real de California, introducida de manera ilegal y que devora a las crías, huevos e incluso ejemplares adultos del lagarto gigante de las Canarias.
De hecho en las islas intentan erradicar a la serpiente ya que está amenazando de manera grave al ecosistema insular.
Para llevar a Godo a su tierra también ha debido garantizarse que el lagarto esté en buen estado.
Revisiones cada seis meses
Dani Ferbández, director del CREAC señala que no hay peligro ya que los animales que están en Calafell tienen revisiones cada seis meses. El lagarto gigante de las Canarias presenta un buen estado para la reintroducción en su hábitat natural.
El traslado podría hacerse a finales de año y ayudará a la recuperación de la especie en las islas junto a otros ejemplares que están en el Centre de Recuperació d’anfibis i rèptils de Catalunya (CRARC).
El CREARC participa en diferentes proyectos de recuperación de especies. Destaca la salvación del ojelote mexicano, de la posidonia oceánica para su olantación en el mar o del tritón del Montseny.