Es una de las especies más invasoras y amenazadoras asentadas en la playa de Les Madrigueres de El Vendrell, un espacio protegido y para el que hay un proyecto de recuperación ambiental.
En ese ecosistema costero se extiende el plumero de la Pampa. Para intentar frenar su expansión, grupos de voluntarios participaron en una retirada de los característicos penachos en una jornada organizada por el Grupo Ecologista de El Vendrell (Geven).
La iniciativa era retirar los plumones ya que es donde se concentran las semillas y al ser balanceados por el vientos motivan la invasión de esa planta que compite con las autóctonas pero carece valor para el medio.
Sin embargo, el plumero de la Pampa tiene un gran arraigo y a pesar que se corte, de sus raíces brotan constantemente y con rapidez nuevas plantas. Por este motivo, tras la intervención de urgencia para retirar los plumeros, se hará una actuación para arrancar las raíces.
Ni el fuego puede
Para esta intervención se usará maquinaria capaz de agujerear en la base de las plantas y arrancar las raíces. Ni el fuego es capaz de evitar los rebrotes. De momento la acción de los voluntarios debería servir frenar la propagación.
La planta está catalogada como de las más invasivas. En 2013 se incluyó en el catálogo de especies invasoras y quedó prohibida su plantación y comercialización. Pero esa prohibición llegó tarde ya ahora no se sabe cómo controlarla. Ni en Estado ni en el mundo ya que puede verse desde Nueva Zelanda a Estados Unidos y China.
El plumero de la Pampa es diferente de la conocida como caña americana, pero que en realidad es una caña asiática, también muy presente en Les Madrigueres y prácticamente fuera de control en todo el país. En los bosques del norte de la península los plumeros son un auténtico problema ya que además ayudan a propagar los incendios.
No hay fecha para arrancar las raíces de los plumeros, pero los ecologistas señalan que es urgente para frenar la propagación de una especie que llegó como ornamental para jardines en los años 60 y desde donde se extendió sin freno. También ayudó que el gobierno central las plantó en las medianas de autopistas y autovías y el viento de los coches expandió las semillas.
Los ecologistas alertan sin embargo que los plumeros de la Pampa están ganando terreno y que desde los municipios deben impulsarse acciones para evitar una expansión que pueda llegar a ser incontrolable no sólo en la costa sino que también avanza hacia el interior.