Sólo la rapidez con la que actuaron las personas que se encontraban en la estación de Segur de Calafell salvó la vida a un hombre que había sido tirado por otro a la vía del tren.
Ahora, el agresor ha sido condenado a cinco años de prisión por un delito de tentativa de homicidio –inicialmente el Ministerio Público solicitaba siete– .
Además, durante diez años no podrá comunicarse ni aproximarse a menos de mil metros de la víctima, a la cual tendrá que indemnizar con 2.430 euros por las lesiones sufridas.
Es el acuerdo al que llegaron el fiscal y la defensa antes de la celebración del juicio en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona. Se ha tenido en cuenta la atenuante de trastorno mental.
El acusado, que actualmente tiene 42 años, ya tenía antecedentes penales. Sobre las cinco menos cuarto de la tarde del 10 de enero de 2016 se encontraba en el vestíbulo de la estación de Adif, en la plaza del Baixador de Segur de Calafell.
En un momento dado se dirigió hacia la víctima, quien estaba recriminando a unos jóvenes su comportamiento. Le gritó: «Viejo de mierda, maricón», «¿tú qué eres, segurata?».
Ante tal actitud, la víctima –que iba acompañada de su familia– se encaminó hacia la zona de las vías, lugar al que le siguió el acusado, mientras le continuaba insultando.
Cuando la víctima se encontraba justo al lado del andén de la vía número 2, el acusado, «con evidente desprecio por la vida ajena», le empujó fuertemente, cayendo el anciano sobre los raíles de dicha vía, justo en el momento en que por la vía contigua se acercaba un tren sin parada, a una velocidad de 160 kilómetros por hora.
Gracias a la rapidez de los que acudieron en auxilio de la víctima, ésta pudo ser subido al andén con anterioridad a que el tren pasara a la altura de donde se encontraba el hombre.
Como consecuencia de los hechos, la víctima sufrió fractura de dos costillas, excoriación de los dedos.
Las lesiones tardaron 60 días en curarse, de los cuales 21 estuvo impedido para su actividad habitual.
El acusado tiene un trastorno de personalidad, un síndrome de dependencia a la cocaína y consumo de alcohol.