La invasión rusa en Ucrania lo ha cambiado todo. De repente, ha saltado por los aires la percepción de seguridad, el «esto no volverá a pasar». La primera víctima de una guerra es la verdad y la segunda es la ingenuidad. Y Europa ha sido muy ingenua durante las últimas décadas, confiando en el tío Sam cada vez que se complicaban las cosas. Pero Ucrania no permite más veleidades: Europa ha de tener su propia defensa. Al factor Ucrania hay que añadir el factor Brexit. La salida del Reino Unido del bloque UE deja a Francia como único país con el arma nuclear (el único elemento realmente disuasivo en un contexto armado). Emmanuel Macron lleva meses clamando por una política europea conjunta en esta materia, pero jamás dejaría el arma nuclear en mancomunidad.
Siguiente factor a tener en cuenta es la posible victoria de Donald Trump en noviembre. El colérico Trump ya ha anunciado que no piensa seguir ayudando a Ucrania y que tiene otros planes para la estrategia geopolítica de los EEUU. ¿En qué va a consistir la defensa europea? Los nuevos planes no incluirán compras directas de armas ni ofrecerán una financiación generosa como algunos han prometido. Primer jarro de agua fría. La Comisión quiere ampliar las iniciativas existentes para producir municiones y adquirir armas de forma conjunta, pero la estrategia no incluirá compras directas de armas ni establecerá el fondo de 100.000 millones de euros prometido.
«Cada uno debe saber cómo el éxito de su esfuerzo influirá en el resultado de la batalla como un todo» General Montgomery, ‘Monty’
La Comisión dice que quiere que la industria europea pueda proporcionar todos los productos de defensa bajo cualquier circunstancia, y espera que para el año 2030 los miembros de la UE adquieran al menos el 40% de su equipo de defensa de forma colaborativa. Von der Leyen, afirma que es hora de que Europa «dé un paso adelante» para evitar una victoria rusa en Ucrania. Es cierto que cada vez mayor de países europeos están dispuestos a cumplir los objetivos de la OTAN de gastar el 2% de su economía en defensa, pero nadie espera que el bloque cumpla el objetivo de proporcionar un millón de proyectiles a Ucrania. Más agua fría.
La última vez que Europa se enfrentó a un conflicto en su suelo las factura las pagó Washington. Pero eso fue hace 80 años. Ahora es «sálvese quien pueda». El general Montgomery solía decirles a sus soldados que «cada uno debe saber cómo la pequeña batalla que él peleará encaja en el panorama completo y cómo el éxito de su esfuerzo influirá en el resultado de la batalla como un todo».
El héroe de la Segunda Guerra Mundial –derrotó a Rommel en la batalla de El Alamein– no daría crédito si viese cómo de incapaces son los europeos de hoy para llevar a cabo lo que los de ayer, supieron cumplir con éxito. Nunca tantos hicieron tan poco.
