La travesía de la carretera N-340 en L’Arboç es un histórico calvario para los vecinos. No sólo por los miles de vehículos que pasan a diario (eran 30.000 en 2018) generando ruido, humo y retenciones. También por la inseguridad de quienes deben cruzar la carretera.
Hace décadas que L’Arboç reclama una variante que saque a la circulación del centro del pueblo y que debería ir a cargo del Ministerio. Pero esa obra no llega pese a la demostrada necesidad para la seguridad de conductores y peatones. Y para la salud de los vecinos.
Entre las alegaciones de L’Arboç al Pla Territorial de la Veguería del Penedès vuelve a estar la reclamación de una variante.
Como hace más de 50 años
El problema sigue porque esa travesía está igual que hace medio siglo.
El Ayuntamiento, con el concejal de transición energética Adrià Molina como interlocutor, ha mantenido una reciente reunión con el responsable de Trànsit de la Generalitat en la demarcación de Tarragona para buscar que medidas de pacificación de la travesía.
Las medidas competencia de la Generalitat y del Ayuntamiento pueden agravar el cuello de botella que ya es la N-340 en el municipio
Las medida a aplicar con competencias de la Generalitat y el Ayuntamiento son varias para ganar seguridad, pero todas llevarían a confirmar la necesidad de la variante ya que de aplicarse la N-340 agravaría el cuello de botella que actualmente es.
De semáforos fotorojo a radares pedagógicos
Entre las opciones que se estudian y que con toda seguridad se aplicaran está la de los semáforos denominados de ‘fotorojo’ que ya funcionaron en la travesía.
Este sistema permite cazar a quien se salta un semáforo en rojo. Es un radar con una cámara que capta si los vehículos se detienen cuando el semáforo se pone en rojo, o si se lo saltan.
Estos radares se colocan a 25 metros de la línea de detención y salta cuando el semáforo está en rojo y el vehículo ha sobrepasado la línea.
Cada radar tiene dos cámaras que realizan dos instantáneas al vehículo cuando el semáforo está en rojo: La primera se toma antes de la línea de detención capturando el vehículo en movimiento, incluyendo su matrícula.
La segunda fotografía se toma después de la línea de detención, cuando el vehículo está atravesando por completo el paso de peatones. Permite comprobar si el vehículo pasó la línea de detención con el semáforo en rojo, verificando la infracción.
Según la Dirección General de Tráfico en España, estos dispositivos han logrado una reducción del 20% en el número de accidentes donde están operativos.
Otra medida es la colocación de radares pedagógicos que indican al conductor la velocidad a la que circula para que tome conciencia y de paso sepa que puede ser sancionado. Todas las calles de L’Arboç son de zona 30 aunque la señalización en la carretera N-340 es de límite de 40.
Además se plantea pintar más pasos de cebra para facilitar que los vecinos puedan cruzar la travesía. Ahora sólo hay dos que son insuficientes.
Los nuevos pasos estarían a la entrada del municipio desde Bellevi y otro cerca del antiguo club For Men.
Los vecinos llevan años reclamando soluciones.
Las medidas permitirían pacificar algo la travesía, pero no es la solución para una carretera que debe ser ágil y segura. Desde el Ayuntamiento reconocen que esas medidas pueden pacificar la carretera pero que sus efectos para el tráfico confirman que debe ir fuera del casco urbano.