El conjunto de medidas aplicadas por la Conselleria d’Acció Climàtica en zonas del Baix Penedès, el Alt Camp y la Conca de Barberà han permitido reducir los daños que los corzos hacen en los viñedo de estas comarcas.
Las principales acciones son la aplicación de productos repelentes al viñedo para que los animales no se coman los brotes -lo que impide que después salga uva-, la flexibilización de la normativa de caza para capturar más ejemplares y el inicio de una prueba piloto que consiste en sembrar esparceta -un forraje- y cebada en algunas parcelas para que corzos prefieran comer esta vegetación y no vayan a las vides.
La modificación de hábitos es una medida más de las que promueve la Conselleria para estabilizar las poblaciones de corzo en el Priorat desde el año 2018. y después, en el marco del Plan estratégico de prevención de daños y control sanitario de especies cinegéticas 2025, en las comarcas de la Conca de Barberà, el Alt Camp y el Baix Penedès con orografía y problemáticas similares derivadas de las densidades de ejemplares.
En el Pla de Manlleu (Alt Camp) el año pasado hubo fincas con un 80% de la producción perdida, mientras que este año no han tenido que lamentar daños. Las sociedades de cazadores de la Conca de Barberà, el Alt Camp y el Baix Penedès han capturado esta temporada 500 ejemplares más que la temporada pasada, según ha informado la Conselleria este jueves en un comunicado.
