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Un 9% de las citas en los CAP del Camp de Tarragona se pierden por inasistencia del paciente

Es la Regió Sanitària de toda Catalunya con el mayor porcentaje de pacientes que no acuden a sus visitas. Las Terres de l’Ebre, con un 5,8% es donde menos absentismo hay

11 julio 2023 20:35 | Actualizado a 12 julio 2023 18:00
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Un 8,9% de visitas presenciales en los Centres d’Atenció Primària (CAP) del Camp de Tarragona se pierden porque los pacientes no acuden a la consulta, según datos ofrecidos por el Departament de Salut. Unos datos que van de enero a mayo de este 2023. Los profesionales locales insisten en que es una cuestión recurrente y en que, según su percepción, la cifra no ha variado en exceso. Pueden parecer porcentajes menores, no obstante, cada visita que no se produce –aunque los médicos puedan aprovechar el tiempo para llevar a cabo otras tareas– representa una pérdida de recursos que podrían haber sido aprovechados.

La Regió Sanitària (RS) del Camp de Tarragona registra un absentismo –en las consultas presenciales– mayor que el resto de RS catalanas. El Camp supera la media de Catalunya –de un 7,6%– en 1,2 puntos porcentuales. Por otra parte, las Terres de l’Ebre es la RS que menos inasistencia presencial tiene, con un 5,8%.

Girona y Barcelona ciudad, con un 8,8% y un 8,7% respectivamente, son la segunda y tercera región donde más pacientes dejan plantada a la enfermera, al médico de familia o al pediatra. Un poco más atrás se encuentran el Àmbit Metropolità Sud (8,1%) y el Nord (7,9%). Los siguen Lleida (7,2%) y la Catalunya Central (7,1%), y a la cola se encuentran Alt Pirineu i Aran (6,7%) y Terres de l’Ebre (5,8%).

«El tiempo que no se utiliza en las consultas en las que no viene el paciente sirve para hacer otros trabajos; faena no nos falta», Jordi Daniel, médico de familia y socio de la CAMFiC

El balance del Departament también incluye las consultas que se realizan por vía telemática, además de diferenciar entre los servicios de enfermería, los de medicina de familia y los de pediatría. En esta línea, en el servicio de enfermería de los CAP del Camp de Tarragona, se presenta un absentismo de un 10,9% si la consulta es presencial, de un 7,9% si es telefónica, de un 6,5% si son otras visitas no presenciales y de un 1,8% si se utiliza el servicio virtual eConsulta. En las Terres de l’Ebre, los porcentajes respectivos son del 9,3%, 7,1%, 2,9% y 1,9%.

Por lo que a médicos de familia respecta, hay un 7,6% de absentismo en las citas presenciales en el Camp, un 6,9% en las telefónicas, un 4,7% en otras visitas telemáticas y un 0,8% en la eConsulta. En el Ebre, los datos son muy inferiores: de un 4,3% en presenciales y telefónicas, de un 3,4% en consultas virtuales y de un 0,7 en la eConsulta.

En el Camp, los datos en las visitas de pediatría son similares a los de medicina familiar: un 8,2% en consultas presenciales, un 6,5% en telefónicas, un 3,5% en el resto de citas virtuales y un 1,1% en eConsulta. En las Terres de l’Ebre, los registros son de un 3,9%, un 2,7%, un 2,1% y un 1,4% respectivamente. El presidente de la Assemblea Territorial de Metges de Catalunya, Francesc París, señala que la espera puede influir a la hora de no acudir: «Si hay mucha lista, la gente busca otras vías y, a veces, se olvidan de cancelar la visita».

«Hay que sensibilizar más a la población», Francesc París, Presidente de la Assemblea Territorial de Metges de Catalunya

En Catalunya, tal como marcan los datos de Salut, se han perdido, entre enero y mayo de este año, unos dos millones de visitas. «No es uno de los problemas que ahora mismo más preocupa, pero sí que es un problema», reconoce Jordi Daniel, médico de familia y socio de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (CAMFiC).

En palabras de la responsable de la comisión de Atenció Primària y vocal de la junta del Col·legi Oficial d’Infermeres i Infermers de Tarragona (CODITA), Dolors Faiges, «puede ser normal que el absentismo sea mayor en las consultas de enfermería que en el resto, ya que este servicio ofrece más visitas de prevención; son citas a las que, en algunas ocasiones, no se les da el mismo valor que a una consulta con el médico por un dolor concreto». «Con las listas de espera que tenemos actualmente, cuando ves que hay gente que no viene... Creo que debería instarse a la población a que avisara si es que no puede venir; no cuesta nada hacer una llamada», añade. Con el avance de las nuevas tecnologías, cada vez hay más herramientas para recordar a los ciudadanos sus encuentros con la Administración.

Los motivos por los cuales estas citas se pierden son varios. Algunas personas, si el problema se agrava, se decantan por ir a urgencias. Otras, si tienen una mutua, acuden a la privada. También hay casos de despiste. Además, París apunta que «hay personas que piensan ‘si voy, voy, y si no voy, tampoco pasa nada’». «Faltan profesionales y, como es normal, la gente suele preferir que la visite siempre el mismo facultativo, con lo cual, esperan hasta que esté su médico», añade. En este sentido, son pocos los pacientes que avisan en caso de no poder acudir.

«El copago reversible le daría valor al servicio», Dolors Faiges, vocal de CODITA

«La inasistencia suele darse más en situaciones en las que la persona no tiene la percepción de enfermedad; por ejemplo, en las visitas relacionadas con la prevención», destaca Daniel, quien afirma que el tiempo que se ‘gana’ con las consultas que no se llevan a cabo se aprovecha para realizar otras faenas: «Trabajo no nos falta».

En esta línea, Arturo –nombre ficticio, ya que la persona ha preferido mantenerse en el anonimato–, médico de familia, expresa que «hay pacientes que necesitan media hora de consulta en lugar de quince minutos, con lo cual, si alguien te falla, puedes dedicarle más tiempo a otras visitas».

¿Pagar si no vas y no avisas?

Una de las vías que se ha planteado para reducir el absentismo es el hecho de que no ir a la consulta y no avisar pueda suponer un perjuicio económico. «Me parece perfecto porque así se le daría valor a la visita», afirma Faiges. Daniel opina que «es una medida que penalizaría a la gente con pocos recursos».

«Yo pienso que lo primero que se tendría que hacer es concienciar a la gente de que todas las visitas que no se producen valen dinero», expone París.

Sin duda, es una cuestión peliaguda y que, aunque pueda reducirse a través de campañas, parece que nunca se borrará del todo.

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