Ambiente caldeado el que hay actualmente entre los conductores de autobuses de la Empresa Municipal de Transports de Tarragona. Según ha podido saber el Diari, los trabajadores están en negociaciones con el Ayuntamiento para abordar algunas de las reivindicaciones del colectivo. Parece que la situación ha llegado al límite. El principal problema es el importante porcentaje de conductores que están de baja, ya sea por problemas físicos u otros relacionados con la salud mental. Los datos lo dicen todo: uno de cada seis trabajadores de la EMT está de baja.
El colectivo, cuyos representantes prefieren no hablar hasta que no terminen la reuniones con el gobierno municipal, asegura que los tres principales problemas son la falta de seguridad de los conductores, el mal estado de la flota y la no adaptación de las planillas y de los horarios a los nuevos tiempos.
Para que nos entendamos, las frecuencias, los horarios y las planillas son los mismos que hace 10 años, aseguran los conductores, quienes explican que, en cambio, la ciudad no es la misma que hace una década. «Ahora hay más rotondas, más semáforos y más limitaciones de velocidad. Además, hay muchas más personas que cogen el autobús. Pero tenemos que llegar a la parada a la misma hora que antes. Esto no se entiende», asegura un conductor. Otro explica: «Con todos estos factores encima de la mesa, nos obligan a respetar las frecuencias».
Quizás este sería el motivo por el cual, en los últimos meses, algunos conductores van más deprisa de lo que es habitual. «Tenemos que llegar a la hora», dicen. Otro de los cambios que los usuarios han identificado en los últimos tiempos es que, antes, cuando un cochecito de bebé pedía la rampa, se activaba. Ahora, solo se pone la rampa si es una persona en silla de ruedas quien tiene que bajar.
El colectivo también denuncia las jornadas maratonianas a las que están sometidos los conductores. «Trabajamos nueve horas diarias, sin apenas poder descansar», aseguran.
Con este panorama, son muchos los trabajadores de la EMT que aseguran haberse visto obligados a coger la baja laboral. Algunos alegan daños físicos, como pueden ser problemas de espalda, de columna, de cervicales, lumbares, hernias o fatiga. «Son muchas horas las que estamos conduciendo», dicen. Otros sufren problemas relacionados con la salud mental, como ansiedad o depresión.
Según los datos a los que ha tenido acceso el Diari, aproximadamente estaríamos hablando de que están de baja una veintena de conductores –hay unos 190– y un total de 47 trabajadores de la EMT –que hay unos 300–. Unos porcentajes importantes de ausentismo laboral.
Piden más seguridad
Otra de las reivindicaciones históricas por parte de los conductores de la EMT es la falta de seguridad. Aseguran que son víctimas de agresiones y vandalismo. En los últimos meses no ha trascendido ningún episodio, pero nos consta que siguen registrándose. Las únicas medidas de protección con las que cuentan los conductores son unas mamparas de plástico que se instalaron durante la pandemia y las cámaras de seguridad. Piden más rapidez y eficiencia por parte de la Guàrdia Urbana.
Los conductores insisten en qué quizás una buena solución sería evitar la entrada de pasajeros por la puerta de en medio. Es una buena medida para que el servicio sea más rápido, pero en cambio no les permite llevar un buen control de quien entra.
También critican la impunidad de algunos agresores, quienes, al cabo de unos días u horas de cometer los hechos, vuelven a coger un autobús.
La mejora de las instalaciones de la EMT, como las cocheras, y la renovación de una flota que está quedando obsoleta, se añaden a las peticiones del comité de empresa a la EMT.
Silencio
Este artículo se ha hecho a través de conversaciones con conductores aleatorios. Desde el comité de empresa y desde los diferentes sindicatos, sus representantes prefieren no hacer declaraciones para no dañar a las negociaciones con el Ayuntamiento.
Reestructuración de líneas
Desde la EMT aseguran estar haciendo escucha activa con los representantes de la plantilla y reconocen que «somos conscientes de que las rutas son de los años 80 y que las necesidades de movilidad de la ciudadanía han cambiado, como también lo ha hecho la ciudad urbanísticamente hablando». En este sentido, la EMT asegura estar trabajando en un estudio de reestructuración de las líneas reglares, y que los resultados están previstos para antes de terminar este año.
«La voluntad y el compromiso de la EMT es practicar la escucha activa con las necesidades de la ciudadanía y, especialmente de la plantilla», aseguran desde la empresa, quienes destacan que este año, Ayuntamiento y EMT han iniciado una inversión de más de 11 millones de euros para renovar más de la mitad de la flota actual. «Es la inversión más grande hecha en los últimos años. En 2025, se sustituirán diez autobuses, y entre 2026 y 2027, está previsto una veintena más», aseguran fuentes oficiales de la empresa.