El Palau de Congressos de Tarragona acogió ayer el Congrés d’Infermeria Familiar i Comunitaria. El Col·legi d’Infermeres i Infermers de Tarragona (CODITA), dedica cada cuatro años, coincidiendo con sus legislaturas, un día a cada una de las especialidades, ayer fue dedicado al colectivo de la atención primaria, uno de los que más ha crecido en los últimos años, a causa de la Covid-19 y el envejecimiento de la población.
Gerard Mora, secretario de CODITA, explica que este espacio sirve para «compartir reflexiones y avances académicos, pero también para la reivindicación». Mora detalla que unas 200 enfermeras de la región sanitaria del Camp de Tarragona tienen reconocida la especialidad familiar y comunitaria, sin embargo, no cuentan con lugares de trabajo específicos. Para el secretario, esta situación supone «una invisibilización de los conocimientos y competencias adquiridas».
Estas trabajadoras cuentan con una serie de formación reglada que no se reconoce en sus puestos de trabajo, ya que figuran como enfermeras generalistas. Mora añade que solo un 10% de estas profesionales ocupan cargos de dirección dentro de los equipos de atención primaria, otra de las principales reivindicaciones del colectivo.
La especialidad no está reconocida en Catalunya, pero sí en otras comunidades autónomas del estado. El secretario considera que este hecho «nos sitúa en la cola de España en cuanto a reconocimiento», asegurando que tampoco existen otras como las de salud mental o las comadronas, que en otras regiones cuentan con sus retribuciones y responsabilidades correspondientes.
Por último, Mora ha reivindicado también el trabajo académico realizado por las enfermeras, asegurando que «la investigación del colectivo puede llegar a cambiar algunos aspectos de la práctica clínica». Desde CODITA, consideran que «se están produciendo pequeños cambios en la negociación con el departamento de salud, pero hay mucho camino por recorrer».
Cambio de paradigma
Gloria Carol, directora de enfermería de atención primaria de la Xarxa Santa Tecla y una de las ponentes del congreso de ayer, explica que la atención primaria «ha vivido un gran cambio desde la pandemia», con más atenciones a domicilio, más personalizadas y mayor acompañamiento a las personas en sus últimos días.
Además, Carol también apunta que «el entorno Covid-19 ha dejado muchos enfermos crónicos sin seguimiento o controles preventivos», un contexto que ha generado pacientes «más mermados de salud que arrancan ahora su seguimiento». Para Carol, «las enfermeras de primaria son la puerta de entrada de estos casos».
Un momento de trabajo intenso para el colectivo que Carol considera que necesita «más experiencia y más recursos». La directora también manifiesta que «las enfermeras pueden ofrecer una visión global del sistema sanitario en las mesas de decisión».