El domingo por la tarde, en la bocana del Port de Tarragona, hubo momentos de tensión y riesgo para una embarcación de recreo con siete personas a bordo, cinco de ellas menores de edad.
La barca quedó sin propulsión debido a un fallo de motor. No podía ponerse en marcha y en la bocana era un mal lugar para quedarse demasiado tiempo sin poder maniobrar. El tráfico intenso de barcos de gran tonelaje de entrada y salida podían poner en riesgo a los siete tripulantes.
La embarcación Rio Martín, del Servicio Marítimo Provincial de la Guardia Civil de Tarragona (que desde hace unos meses tiene su base en el Port de Tarragona), procedió al auxilio de esta embarcación que había quedado a la deriva por avería mecánica.
La embarcación quedó sin gobierno a la salida del Port y la falta de propulsión provocaban una situación crítica en función del tráfico en este punto de la infraestructura portuaria.
La embarcación empezó a derivar por el empuje de la corriente dominante hacia el espigón cuando fue avistada por la Guardia Civil, que de inmediato se dirigió hacia ella para auxiliarla.
Los agentes fueron informados por sus ocupantes de la situación crítica en la que se encontraban y por motivos de seguridad trasladaron a los menores a la embarcación Rio Martín para sacarlos de la zona de riesgo.
Posteriormente, y con los menores a salvo, uno de los agentes especialistas del Servicio Marítimo se trasladó a la embarcación auxiliada y pudo subsanar temporalmente la avería, con lo ésta pudo llegar al puerto deportivo sin necesidad de ser remolcada.
Fuentes de la Guardia Civil explican que estos hechos reafirman la importancia de revisar todos los elementos de seguridad, electrónicos y mecánicos de las embarcaciones antes de salir al mar a navegar.