La iglesia de Sant Feliu Màrtir de Constantí se encuentra cerrada después que se encontraran diferentes grietas en las paredes y que estas no garantizaran la seguridad de los asistentes.
Desde entonces, la actividad eclesiástica se ha realizado en el centro parroquial. Ahora, sin embargo, empezarán las obras para que esta pueda abrir sus puertas de nuevo.
Estas se iniciarán, si todo va bien, el mes de julio con la reconstrucción de la bóveda que se derrumbó en el 2018 y se alargaran durante dos meses.
El presupuesto previsto es de 50.000 €. De estos, 10.000 € los aportará Repsol después que ayer se firmara el convenio con el Ayuntamiento de Constantí y el Arzobispado de Tarragona.
El alcalde del municipio, Òscar Sánchez, explicó que «para los constantinenses, la iglesia es su pequeña catedral y, por eso, cuando se reabra, será un gran día para todo Constantí».
Aun así, no hay fecha fijada en el calendario de cuando esta podrá abrirse, ya que todavía se está trabajando con los técnicos y son ellos los que tienen que dar el visto bueno.
Por otra parte, el vicario episcopal para la administración de bienes de la iglesia y la economía diocesana, Víctor Mosquera, aseguró que «la reconstrucción de la bóveda es primordial para que la reapertura de Sant Feliu Mártir sea una realidad».
El director de Repsol Tarragona, Javier Sancho, también quiso dirigir unas palabras de agradecimiento.
Este se mostró satisfecho de poder colaborar y formar parte del proyecto. «Llevamos muchos años demostrando que somos sensibles a las demandas del territorio. Por eso cuando contactaron con nosotros no dudamos en mostrar todo el apoyo y aportar nuestro granito de arena», afirmó.
Un símbolo para el pueblo
Los tres coincidieron en que «el objetivo es que los ciudadanos puedan volver a disfrutar de su iglesia».
Por eso, esperan que todo vaya sobre ruedas y que pronto puedan celebrar la reapertura del templo, ya que esto supondrá la revitalización de la vida comunitaria de la iglesia y de todo el pueblo.
