El conseller de Salut, Antoni Comín, confirmaba ayer que uno de los niños que padece afectación neurológica tiene el tipo de virus D68. Es, a falta de más información desde el departamento, el único aislado hasta ahora.
Lo cierto es que el D68, que se identificó por primera vez en 1962, ya había sido noticia en los últimos dos años en Estados Unidos. De hecho, el año pasado la revista científica The Lancet Infectious Diseases publicaba un estudio donde relacionaba este tipo de enterovirus con un tipo de parálisis similar a la polio que había estado afectando a niños en diferentes estados de Estados Unidos desde agosto de 2014 a enero de 2015. Ese año se produjeron unas dos mil infecciones, aunque no todas de gravedad.
La investigación revelaba que los niños con afectación neurológica tenían una nueva cepa del virus denominado B1, que surgió hace unos cinco años y que lo haría más cercano a la poliomielitis u otro virus que también daña los nervios, el D70.
Familia de la polio
Charles Chiu, profesor asociado en la Universidad de California en San Francisco y uno de los investigadores del estudio, explicaba entonces al diarioThe Washington Post que «estos cambios pueden haber hecho el virus más similar a la polio». Aclaraba, no obstante, que el estudio sugiere que existen diferencias individuales en la biología de los pacientes que determinan cómo les afecta el virus. De hecho, un grupo de investigadores de la Universidad Johns Hopskins y el Hospital de Niños de Colorado está reuniendo ADN de pacientes de diferentes puntos de EEUU para investigar este aspecto.
Kevin Messacar, un especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital de Niños de Colorado, donde se identificó el primer gran grupo, explicó que el centro ha establecido una nueva clínica para el tratamiento y estudio de los niños afectados.
Los investigadores insisten en la importancia de seguir con la investigación teniendo en cuenta que los niños afectados no se han recuperado totalmente. En el estudio de The Lancet ninguno de los niños se había recuperado completamente al día 30. Al día 60, el 70% tenía mínima o ninguna mejoría. «Esto se parece más a la polio, lamentablemente, donde la parálisis aparece para ser permanente o semipermanente», apuntaba Chiu.
Antecedente en Zaragoza
En enero de este año El Boletín Epidemiológico Semanal de Aragón informaba de la detección, por primera vez en España, de un enterovirus D68 asociado a un caso de parálisis flácida aguda en un niño de 4 años residente en Zaragoza. El caso se produjo en diciembre del año pasado.