El que fue uno de los concejales de la primera legislatura democrática en el Ayuntamiento de Tarragona, Antonio Carrillo Peñalver, ha fallecido este jueves a los 90 años. Estaba casado, tenía cuatro hijos y cuatro nietos.
Desarrolló su etapa laboral como trabajador de Renfe, profesión que le llevó a Tarragona –tras pasar por otras localidades catalanas– desde su Murcia natal. Seguía con mucha atención el caos ferroviario actual. Incluso decía que Tarragona era la única ciudad del mundo donde los trenes con mercancías pasan por el centro y los viajeros tienen que ir fuera.
Antonio Carrillo nació en la localidad de Alguazas. En el año 1951 comenzó a ser comercial, jefe de división, adjunto a la rama comercial. Precisamente, su trabajo lo llevó hasta Tarragona, donde tenía la plaza de delegado comercial de mercancías de Renfe. Era facultativo de Minas y estudió varios cursos de Económicas.
Por el PSUC
En el año 1979, con las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Francisco Franco, se presentó a los comicios por el PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya). Formó parte del Equipo de Gobierno como responsable de Trànsit i Transports cuando Josep Maria Recasens era alcalde. Sin embargo, después de dos años, dejó la cartera según él, por voluntad propia.
En las elecciones de 1983 se presentó como independiente en las listas del Partit Comunista de Catalunya, aunque no salió elegido. Tampoco en 1987, cuando estaba en la lista de Propostes d’Esquerres per Catalunya.
Entre 1991 y 1993 formó parte del Consell d’Administració de l’Empresa Municipal de Transports (EMT) de Tarragona, donde impulsó la gratuidad de los billetes para los jubilados.
Lo prejubilaron en 1992. Cuando ya estaba retirado del mundo de los trenes fue directivo del Club Esportiu Imperial, equipo de jugaba en el campo del Roqueral. Y es que el fútbol era una de sus pasiones. Era socio del Barça.
Fill adoptiu de Constantí
En 1997 fue nombrado Fill Adoptiu de Constantí por su labor en el impulso para consolidad la terminal ferroviaria de contenedores en el polígono industrial de dicho municipio.
Pero por encima de todo su pasión seguía siendo el mundo ferroviario, y seguía muy atentamente las noticias que iban apareciendo sobre el caos en Rodalies y Regionals. Aseguraba que la rehabilitación de la línea Reus-Roda era de sentido común. Así, ya en el año 2006 presentó alegaciones al Pla d’Infraestructures de Transport de Catalunya donde presentaba una alternativa donde se aportaba por revitalizar este trazado, una propuesta que fue desestimada.
El funeral tendrá lugar este viernes, a las 17.30 horas, en la Parròquia de Sant Pau de Tarragona.
