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Un estudio de la URV revela que solo un 20% de personas que sufren migraña terminan la terapia cognitivo-conductual

La investigación, publicada en la revista Canadian Journal of Neurological Sciences, analizó la eficacia de las terapias en línea diseñadas específicamente para tratar este dolor de cabeza

04 diciembre 2024 15:25 | Actualizado a 04 diciembre 2024 15:58
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Las terapias cognitivo-conductuales autoguiadas a través de Internet podrían ser una herramienta valiosa para las personas que sufren migraña, según un estudio liderado por Anna Huguet, investigadora del Departamento de Psicología de la Universitat Rovira i Virgili (URV), en colaboración con un equipo de Canadá. Sin embargo, el principal desafío identificado en la investigación es que solo una minoría de los participantes completa este tipo de tratamientos.

La investigación, publicada en la revista Canadian Journal of Neurological Sciences, analizó la eficacia de las terapias en línea diseñadas específicamente para tratar la migraña. Aunque los resultados mostraron una reducción significativa en los días de migraña entre quienes completaron el tratamiento, el bajo nivel de adherencia limita su efectividad cuando se implementan en la práctica.

Una investigación internacional con 428 participantes

El estudio contó con la participación de 428 personas de diversos países. Los participantes se dividieron en tres grupos: dos de ellos siguieron programas de intervención cognitivo-conductual en línea diseñados por el equipo investigador, y el tercero actuó como grupo control, permaneciendo en una lista de espera para recibir el tratamiento.

La terapia cognitivo-conductual, basada en evidencias científicas, combina técnicas para identificar y modificar pensamientos negativos con estrategias para cambiar comportamientos relacionados. Uno de los programas evaluados incluía módulos educativos sobre la migraña, técnicas de relajación, manejo del estrés y modificación de patrones de pensamiento asociados al dolor. El otro programa se centraba en identificar desencadenantes de los episodios de migraña mediante un diario electrónico y en enseñar técnicas cognitivas y conductuales para gestionarlos.

De los 428 participantes, solo 221 completaron el tratamiento

El objetivo principal del estudio era comprobar si estos programas en línea reducían la frecuencia de los días con migraña en comparación con el grupo control. De los 428 participantes, solo 221 completaron el tratamiento. Entre quienes lo hicieron, se observó una reducción clínicamente significativa en el número de días de migraña al mes, mientras que no se encontraron diferencias relevantes al analizar todos los datos, incluidas las personas que abandonaron el tratamiento. Además, solo un 20% de los participantes asignados a los programas completaron los módulos.

Efectividad condicionada por la falta de adherencia

Anna Huguet explica que estos resultados subrayan la importancia de abordar las razones detrás del abandono. “Aunque estas terapias en línea son efectivas si se siguen los protocolos, es necesario identificar las causas del bajo nivel de compromiso y trabajar para mejorarlo”, afirma.

Estos tratamientos están diseñados para que los usuarios avancen a su propio ritmo e implementen las estrategias en su vida diaria. Su objetivo principal es reducir la frecuencia e intensidad de los episodios de migraña y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, la falta de continuidad limita su impacto, algo que los investigadores destacan como una “necesidad urgente que debe abordarse”.

Conclusiones y desafíos futuros

El estudio pone de manifiesto que las terapias cognitivo-conductuales en línea tienen el potencial de convertirse en una opción accesible y efectiva para tratar la migraña. Sin embargo, para mejorar su éxito, es crucial aumentar el compromiso de los usuarios. Esto implica trabajar en estrategias que faciliten la adherencia a los programas y aumentar la calidad de la evidencia científica disponible.

“La migraña afecta profundamente la calidad de vida de quienes la padecen. Estas terapias son prometedoras, pero necesitamos asegurarnos de que los pacientes se beneficien de ellas al máximo”, concluye Huguet, subrayando la importancia de una implementación que fomente la participación activa y la continuidad del tratamiento.

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