Este miércoles 27 de noviembre, Tarragona llevó a cabo el quinto recuento nocturno para contabilizar a las personas en situación de sin hogar.
Durante la noche, se localizaron 91 personas, un dato superior a los registros de años anteriores. De estas, 71 estaban durmiendo en la calle y 20 en el albergue municipal. Entre las personas sin techo encontradas en la calle, 44 eran hombres, 5 mujeres y en 22 casos no se pudo identificar el sexo. En cuanto a la distribución geográfica, 39 personas se localizaron en la Part Alta, 29 en la Part Baixa y 3 en la zona de Ponent.
El recuento, impulsado por el Instituto Municipal de Servicios Sociales de Tarragona (IMSST) y la Xarxa d’Atenció Integral a les Persones Sense Llar, contó con la participación de 80 voluntarios y se desarrolló entre las 23 h y las 2 h. También colaboraron la Guardia Urbana, Protección Civil y Cruz Roja.
La consejera de Servicios Sociales y presidenta del IMSST, Cecilia Mangini, destacó la importancia del trabajo realizado, subrayando que el objetivo principal es comprender la realidad del sinhogarismo en la ciudad para seguir actuando y afrontar este fenómeno.
Recuentos anteriores
Los datos del recuento confirman un incremento en el número de personas sin hogar respecto a años anteriores. En 2023 se contabilizaron 79 personas, en 2021 fueron 58, en 2019 se registraron 70, y en el primer recuento de 2017, 47.
Como parte del plan para abordar el sinhogarismo, el IMSST anunció que la próxima semana entrarán en funcionamiento tres nuevos pisos de transición, que se sumarán a los dos ya existentes, alcanzando un total de cinco viviendas de inclusión social en la ciudad. Los nuevos pisos estarán ubicados en Bonavista, destinado a jóvenes sin hogar; en Torreforta, para hombres; y en Sant Pere i Sant Pau, para mujeres.
Estos recursos, que forman parte de un convenio entre el Ayuntamiento y la Agència Catalana de l’Habitatge, permitirán acoger a personas en situación de vulnerabilidad, ofreciendo un acompañamiento personalizado. Desde que el proyecto se inició en 2022, con dos pisos piloto, se ha atendido a 17 personas.
El modelo de intervención incluye varias fases, comenzando por el desarrollo de habilidades personales, de salud y laborales, seguido del acceso a servicios de formación e inserción laboral, y culminando con el apoyo en la búsqueda de un recurso residencial estable. La duración máxima de cada intervención será de un año, dependiendo del plan de trabajo de cada persona.