Tarragona se está enfrentando estos días a una ola de calor que está registrando altas temperaturas que rozan los 40 grados. No es novedad, puesto que el verano de 2022 también fue muy duro en este sentido. La provincia registró una sobremortalidad de 346 defunciones entre junio y agosto. Se trata de un incremento de más del 20% sobre la previsión estimada. Muchas de éstas fueron atribuidas a la calor, ya que la Covid por aquel entonces ya estaba bajo control.
Por lo tanto, ¿fue el calor una de las principales causas de los fallecimientos durante el estío? Los últimos resultados conocidos así lo avalan. La revista ‘Nature Medicine’ ha publicado el primer informe europeo que calcula la mortalidad prematura atribuible al calor, con un análisis de los datos de temperaturas y defunciones de 823 regiones (35 países) en el periodo 2015-2022. Los datos han sido elaborados por el prestigioso Instituto de Salud Global de Barcelona. Si se examinan estos números, durante el 2022, Tarragona registró 167 fallecidos por muertes atribuibles al calor. Estas cifras son importantes, aunque le colocan en la zona media de todas las provincias españolas (29) si se tiene el número de muertes por millón de habitantes.
La tasa en Tarragona fue de 240 (muy a la par que la media nacional, que fue 237). La provincia en la que más muertes por golpes de calor fue en Zamora con una tasa de 587 (109 fallecimientos) seguida por Orense (tasa de 466) y Cáceres (460).
A la hora de analizar estas muertes por calor hay dos variantes que resultan determinantes: la temperatura y la edad. En el caso de Tarragona hablamos de un escenario en el que las temperaturas en verano son altas y la media de edad de la población es de 43,35 años y la esperanza de vida es de es de casi 83 años (82,97), con 85,69 años por término medio para las mujeres y 80,33 para los hombres.
Lógicamente las personas que más fallecen por los efectos del calor suelen ser en la mayoría de casos de avanzada edad. En España, por ejemplo, de las 11.324 muertes atribuidas a las altas temperaturas en 2022, 9.436 eran mayores de 80 años (lo que representa el 83,3%). El 13% tenían entre 65 y 79 años y solo el 7% no había cumplido todavía los 65 años.
¿Pero cuando se puede hablar de calor extrema? Lo primero que hay que tener en cuenta es que cada provincia tiene un umbral diferente. No es lo mismo una temperatura en Granada o en Lugo que en Tarragona. El Ministerio de Sanidad tiene esto en cuenta y admite que «el territorio español presenta una importante variabilidad geográfica que es necesario tener en cuenta a la hora de proponer y aplicar las medidas de control y de protección de la salud».
Por ello, el organismo publicó a finales de junio de 2023 un informe que establece cuál es la temperatura a partir de la cual hay que activar protocolos especiales para evitar los golpes de calor. En el caso de Tarragona es de 35,5 grados. Todo lo que supera esa marca hace que aumente la mortalidad de forma significativa y que, por tanto, las altas temperaturas se empiecen a traducir en un agravamiento de la salud y en un aumento de los fallecimientos. Sanidad extrae ese dato del Observatorio de Referencia de la Agencia Estatal de Meteorología, ubicado en el aeropuerto de Reus.
Las consecuencias
¿Cómo reacciona el cuerpo humano a las alturas temperaturas? «La exposición humana a temperaturas ambientales elevadas puede provocar una respuesta fisiológica insuficiente del sistema termorregulador. El calor excesivo puede alterar nuestras funciones vitales cuando el organismo es incapaz de compensar las variaciones de temperatura corporal. Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos», asegura el Plan Nacional de actuaciones preventas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud creado por el Ministerio de Sanidad. Las consecuencias de esta reacción forzada del cuerpo humano son graves tal y como refleja el Plan Nacional: «La exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud como calambres, deshidratación, insolación, golpe de calor (con problemas multiorgánicos que pueden incluir síntomas tales como inestabilidad en la marcha, convulsiones e incluso coma).
Desde el Ministerio de Sanidad hacen hincapié en la idea anteriormente mencionada de que las personas mayores son las que más sufren estas altas temperaturas en su organismo junto a los menores, ya «que tienen reducida la sensación de calor y por lo tanto la capacidad de protegerse (existe un paralelismo entre la disminución de la percepción de sed y la del calor). A ello se suma la termólosis reducida del anciano (numerosas glándulas sudoríparas están fibrosadas y la capacidad de vasodilatación capilar disminuida)».