El Ayuntamiento de Tarragona propone que el nuevo POUM Pla d’Ordenació Urbanística Municipal) prevea dos alternativas para futuras estaciones ferroviarias subterráneas, las dos únicamente para trenes de pasajeros.
La primera opción sería una estación debajo de la plaza Imperial Tarraco, la cual la vía llegaría por el subsuelo procedente de los barrios de Ponent y saldría por la zona de la Vall de L’Arrabassada, en un recorrido de 6,5 kilómetros. Esta posibilidad está prevista en el Plan Territorial del Camp de Tarragona.
La otra opción es una estación también por debajo el suelo en el entorno de la Horta Gran, a tocar de la T-11. En este caso la vía transcurriría en paralelo al A-27 hasta la estación de alta velocidad del Camp de Tarragona (La Secuita).
El conseller de Territori del Ayuntamiento de Tarragona, Xavier Puig, ha apuntado hoy jueves que las dos alternativas serían positivas para la ciudad, puesto que permitirían dejar sin uso el trazado actual y liberar toda la fachada marítima. Además de acabar con el paso de mercancías por el centro de la ciudad, una reivindicación hecha desde diferentes estamentos tarraconenses.
Respeto la propuesta de estación en la plaza Imperial Tarraco, Puig ha indicado que la vía cruzaría la ciudad por debajo suelo y acabaría enlazando en la zona de Llevant con la actual línea de tren de la costa.
A la Imperial se podría enlazar con la estación de autobuses -urbano e interurbano- y con el futuro tren-tranvía del Camp de Tarragona. En cuanto a la de la Horta Gran, ha destacado que se incluiría un enlace que permitiría a los tarraconenses ir directamente hacia Madrid, Barcelona o València con alta velocidad. «Este bypass hacia el norte se haría de manera subterránea y no generaría ningún efecto barrera entre el centro y Ponent», ha destacado.
Con todo, ninguna de las dos opciones prevé que pasen trenes de mercancías, puesto que «se presupone» que estos trenes saldrían del Port de Tarragona en dirección a Ponent y Vila-seca, para después hacer un itinerario por la antigua línea de Reus en Roda de Berà o mediante una duplicación del corredor del Mediterráneo. «La cuestión es que vayan hacia el interior, donde vive menos gente», ha afirmado.
Aun así, se trata únicamente de posibilidades que tiene que prever el plan urbanístico, para hacer una previsión de terrenos y espacios de cara al futuro y al crecimiento de la ciudad. Más adelante, Ayuntamiento y Estado -que es quien en definitiva probablemente pagaría las obras- tendrían que decantarse por uno de los dos planteamientos.
Este trámite inicial del nuevo POUM de la ciudad se someterá a votación en un pleno antes de final de mes, ha añadido el conseller.
Polígono Francolí
El nuevo POUM también planteará un lavado de cara para el polígono industrial Francolí. La intención es hacer «un ecobarrio», a partir de sacar buena parte de la industria pesada actual y poner «empresas tecnológicas, industria de baja intensidad, algunas viviendas, equipaciones y zonas verdes».
Una de las claves para que esto sea una realidad es que la empresa CLH abandone su ubicación, a pocos metros del río Francolí. «A medio plazo lo vemos posible, ellos tienen buena predisposición», ha expuesto en relación en la empresa propietaria.