El Ayuntamiento de Tarragona mantendrá la peatonalización del primer tramo de la Rambla Nova tras las fiestas de Navidad. Pese a que el plan inicial del consistorio era limitar el tráfico de vehículos durante 41 días consecutivos entre el 28 de noviembre y el 6 de enero, el gobierno municipal ha decidido prorrogar la prohibición de paso de coches, motos y furgonetas «hasta tomar una decisión definitiva con los vecinos, el comercio y el sector hostelero», según indica la primera teniente de alcalde, Montse Adan (PSC).
De esta manera, de momento, los 215 metros que van desde el Balcó del Mediterrani hasta las calles Adrià y Sant Agustí seguirán cerradas a la circulación y no se reabrirá a los vehículos tras Reyes. «En enero nos reuniremos con los vecinos, los comerciantes y los hosteleros para valorar cómo ha ido el cierre. No abriremos para volver a cerrar si se avala la prueba piloto», indica Adan al Diari, a la vez que se muestra «satisfecha» con el primer mes de cierre.
«Ha habido mucho dinamismo, con actividades constantes y mucha iluminación. Creemos que la ciudadanía ha subido más a tocar ferro y que las sensaciones del sector comercial son buenas», indica la concejal de Comerç i Turisme, quien reconoce que «es cierto que la gente que viene todavía no tiene la sensación al 100% de que se trata de una zona peatonal». Por ello, avanza que «si las sensaciones son buenas y en enero se decide seguir con el proyecto, será necesario empezar con la intervención urbanística, que es el paso que consolidará la apuesta».
En caso de que que se apueste por prohibir definitivamente los coches, la idea es dejar el primer tramo del centro neurálgico como plataforma única, sin calzada ni carriles de circulación para ganar espacio para el viandante.
El Passeig de les Palmeres, la cara
Paralelamente, la cara positiva de la prueba es el Passeig de les Palmeres, que ha registrado una «gran actividad», indica Adan. «Es el punto de enlace entre el centro patrimonial de la Part Alta y el comercio del centro. Aquí es donde queremos focalizar esfuerzos de cara al futuro, con actividades para incentivar al comercio».
Uno de los objetivos, de hecho, es que este punto sirva para descongestionar de actividades la Plaça Corsini. «Queremos diversificar los actos en varios emplazamientos, ya que ahora muchas cosas se hacen en Corsini. El Passeig de les Palmeres es un espacio emblemático. Apostamos por que sea un nuevo centro. De hecho, ya se demostró que puede serlo cuando organizamos el Nomad», recuerda la primera teniente de alcalde.
«Comunicación inexistente»
La peatonalización de unos 7.500 metros cuadrados de la Rambla Nova ha generado críticas entre los vecinos, mientras que es avalada por el comercio y el sector hostelero. «No hemos podido participar ni presentar alegaciones. La comunicación ha sido inexistente», indica la residente de la Rambla Mercedes Acosta, quien ha presentado una carta de queja en la Oficina Municipal d’Atenció Ciutadana (OMAC). «La situación no ha mejorado. La Guàrdia Urbana no tiene claro el funcionamiento. Además, tampoco hay más gente de la habitual en la zona», resalta la vecina.
En la misiva se critica que la peatonalización debe «garantizar» el acceso de los vehículos de emergencia, así como «el de los vecinos con discapacidades o dificultades», un hecho que ha generado complicaciones en estas primeras semanas. Asimismo, también se lamenta que los vecinos que tienen el coche en la Baixada del Toro deben dar un mayor rodeo. «Si el fin es evitar emisiones, con estos recorridos las aumentamos», indica. Otra de las quejas son los contenedores. «Parece que salgamos de excursión a tirar la basura. Más de un vecino acabará tirando las bolsas en las papeleras», alertan.
«La resolución se enfoca en el ámbito cultural y de ocio de la zona, ignorando por completo a la vecindad. Somos un elemento importante en el entorno y a tener en consideración, puesto que vamos a sufrir las consecuencias de sus medidas y ya sabemos como pueden estar otros barrios de la ciudad con enfoques parecidos y sufren las consecuencias de un planteamiento incorrecto, como la Part Alta o Corsini».
«No es una oposición a un proyecto de sostenibilidad y mejora del entorno, pero si una queja ante la falta de gestión del cambio con la vecindad y la no consideración de cobertura de necesidades básicas de los que vivimos en la zona», se indica en la carta.
Comercio y bares lo aprueban
La presidenta de la Cambra de Comerç, Laura Roigé, avala la iniciativa, si bien da la razón a los vecinos: «quizás ha faltado información, tanto para los residentes de la zona como para que venga más gente de fuera». Pese a ello, Roigé cree que ha sido una prueba «positiva», que debería «no ser temporal, sino fija» e implementarse en las dos cocas iniciales de la Rambla».
Desde la Via T, el vicepresidente Melcior Bustos avala la peatonalización, si bien considera que «es necesario hacer más cambios» porque «la sensación de asfalto es muy agobiante» ya que, pese a no haber coches, «a la gente no le gusta ir por la calzada».
Florenci Nieto, de Pimec-Comerç, tiene claro que, después de un mes de prueba, «ya no se debe volver atrás. Ahora se puede pasear y se ha dado mucha vida a las tiendas y los bares».
Finalmente, el presidente de la Associació d’Hostaleria de Tarragona, Javier Escribano, considera que la peatonalización está funcionando «bien», pero expresa las «dudas» del sector sobre después de Navidad. «Ahora hay luces y actividad. ¿Qué pasará después? Deberá haber algún reclamo», indica Escribano, quien como asignatura a mejorar sitúa las «complicaciones que tienen los proveedores» para llegar a los locales.
La nueva Rambla Nova genera luces y sombras, pues, a las puertas de tomar la decisión más trascendetal de los últimos años: dejarla definitivamente sin coches o reabrirla de nuevo al tráfico. El debate está más abierto que nunca.