La rodilla de Martí dijo basta. En la cala Fonda, en el Bosc de la Marquesa. Era el día de la verbena, y este adolescente de 17 años de Lleida tuvo que sentarse. No podía más. Las 4 horas del torneo de baloncesto en Lleida del día anterior, como jugador del Club de Bàsquet Pardinyes, hicieron mella en este chaval que había ido a la playa de la Móra por la costa con unos amigos.
A la vuelta, el cansancio y el dolor llegaron hasta Cala Fonda. El joven iba informando del recorrido a sus padres, instalados en el camping Las Salinas, en la playa Llarga, pero en ese punto la cobertura falló, al igual que su rodilla.
Una de las jóvenes de la cuadrilla salió hacia el bosque con el teléfono en la mano. Era cuestión de encontrar cobertura y dar aviso de la lesión de su amigo. En plena carrera, el dron de la Guàrdia Urbana de Tarragona avistó a una joven que corría de la playa hacia el bosque.
El aparato sobrevolaba la zona desde unos 90 metros de altura y formaba parte del dispositivo de vigilancia del Bosc de la Marquesa en este fin de semana veraniego. El subinspector de la Guàrdia Urbana de Tarragona, Jose Guijarro, estaba al mando aquel domingo de San Juan, 23 de junio.
«Vimos correr a una joven. Primero pensábamos que hacía deporte, pero al ver que tenía el móvil en la mano, intuimos que buscaba cobertura para pedir ayuda. Nos temíamos que hubiera sido víctima de un robo o algo peor», admite Guijarro.
El agente hizo descender el dron hasta unos 20 metros del suelo y activó los rotativos azules para identificarse. La joven entendió que era un dron policial y frenó su carrera. Cambió el sentido de la marcha y guió al aparato hacia la playa. Allí enseñó al joven Martí sentado en el suelo e indicando a la cámara del dron que tenía dolor en la rodilla y no podía caminar.
«Este dron no tiene altavoces y no pudimos comunicarnos por voz, pero entendimos que pedían ayuda por una persona herida en la playa», añade el mando de la Guàrdia Urbana. El dron geolocalizó a los jóvenes en la cala Fonda y envió las coordenadas a una de las patrullas activadas en este control del Bosc de la Marquesa. Cinco minutos más tarde, los agentes ayudaban a Martí a subir al coche policial y lo llevaban al camping junto a su familia.
Adelaida Moreno, la madre del joven lesionado, explica que «Martí llegó al camping con el dolor de la rodilla. Decidimos esperar al día siguiente, que volvíamos a Lleida, y en caso de persistir en el dolor lo llevaríamos a la mutua», explica.
No hizo falta. El descanso en Las Salinas, donde la familia son clientes habituales, fue la mejor medicina para el joven que ya está plenamente recuperado. «Damos las gracias a la Guàrdia Urbana por la ayuda. Por suerte fue un susto, pero una se queda tranquila sabiendo que había un dispositivo de emergencia preparado para cualquier cosa», remarca Adelaida.
El dispositivo y la tranquilidad
Tarragona activa desde hace años un dispositivo de vigilancia en el Bosc de la Marquesa, un espacio privado y protegido por su valor medioambiental. El objetivo es permitir el paso a las personas que cuidan del entorno y decomisar temporalmente aquello que pueda perjudicar al bosque: petardos, tiendas de campaña (está prohibido pernoctar), elementos para hacer hogueras...
El dispositivo en la zona se repite dos o tres veces durante el verano en función de las necesidades y se hace con la colaboración de Mossos, Guardia Civil, Agentes Rurales y el vigilante de la propiedad privada. De la Guàrdia Urbana estaban activados la unidad montada (se estrenaban los caballos en este operativo), drones, playas y los agentes de Medio Ambiente.
«Se trata de un dispositivo preventivo en los accesos y cada vez más, la gente que va allá es consciente del valor del entorno y respeta la zona y lleva todo lo que está permitido», explica el subinspector Guijarro.
Desde 2022, este dispositivo incluye la unidad de drones de la Guàrdia Urbana, que permite tener una imagen térmica de las personas y de las hogueras que pudieran encenderse en un espacio tan sensible. Precisamente fue este dron policial el que poco después de las 20.30 horas del domingo 23 detectó la carrera de una joven que quería pedir ayuda para su amigo lesionado.