Lo primero que hace Montserrat Guillamon cuando se levanta es encender el ordenador y mirar cómo está el precio del electro por horas. «No me cuesta», dice, tras haberlo asumido como una rutina del ahorro. «Suele estar más barato por la tarde, que es cuando pongo la lavadora», admite esta tarraconense, ilusionada con su cronograma, piedra angular de su esmero por abaratar la factura.
Hay más ‘tips’ para economizar de hormiguita: los platos de la comida y la cena se acumulan y se colocan en el lavavajillas por la noche, a partir de las diez. El aire acondicionado puede subirse algunos grados y el agua de la lavadora no tiene que estar tan caliente.
Estos días se cumple un mes de la entrada en vigor del decreto energético. La norma obliga a los comercios a dejar a oscuras los escaparates a las 22 horas o a no poner el aire acondicionado por debajo de los 27ºC. En estas semanas Tarragona ha conseguido reducir el consumo de luz un 4,93%, según el balance de Endesa. Es menos que el dato de Catalunya, ubicado en un 8,78%.
Aplicarse el cuento
Del 8 de julio al 7 de agosto la provincia consumió 684,04 GWh. Del 8 de agosto al 7 de septiembre la cifra fue de 650,35. Es casi un 5% menos. Si la comparación se hace con el mismo periodo del año pasado, en lugar de decrecer se origina un aumento del 3,22%. Hay que tener en cuenta que ese plazo de 2021 estaba marcado todavía por una pandemia que generaba más restricciones.
Ni hogares ni oficinas están obligados a las restricciones energéticas que sí imperan en comercios, restaurantes o equipamientos públicos desde poco más de un mes. Aun así, hay muchos ciudadanos que llevan tiempo aplicando todo tipo de recortes a sus gastos, no tanto por la solidaridad con una Europa en crisis energética por la invasión rusa sino por pagar menos. «Ahora la factura de la luz me ha bajado más o menos a la mitad y calculo que acabaré pagando simplemente el mantenimiento, el seguir enganchado a la corriente», dice Aaron Sabat.
El coste de los suministros para la vivienda se ha incrementado un 28% en Tarragona, según los últimos datos del IPC
Este tarraconense que vive en una casa en El Catllar ha colocado placas solares y ha cambiado la caldera de gasoil por aerotermia, energía renovable. «Ya lo tenía en mente desde hace tiempo, pero me he decidido ahora, tal y como estaban subiendo los precios», cuenta Aaron, que ha cambiado hábitos para ajustarse a las horas de máxima producción.
Su caso ilustra la oleada de particulares que han apostado por la fotovoltaica, ya sea en unifamiliares o en comunidades. En 2021, las instalaciones de autoconsumo se triplicaron en Tarragona respecto al año anterior: de 508 a 1.788. En el primer trimestre de 2022 ha habido 887 proyectos, por los 251 del mismo periodo de 2021, según los datos del Registre d’Autoconsum de Catalunya. Cualquier indicador que se analice muestra un incremento exponencial.
Otros ajustes del cinturón son más sutiles: colocar bombillas de bajo consumo, aprovechar más la luz del día, cocinar menos veces a la semana, renegociar el contrato con la compañía para cambiar la tarifa, desenchufar los dispositivos eléctricos que no usamos o desconectar los que tienen encendida la luz roja pequeña.
Efecto de las restricciones
Hay quien se ha aplicado el cuento con el agua, otro bien escaso con la sequía haciendo estragos este verano. Racionar más el agua al ducharse o lavarse de los dientes se ha vuelto ahora algo común.
La OCU añade más consejos: buscar aquellos electrodomésticos con etiquetas A+, A++o A+++, porque suponen un ahorro a largo plazo del consumo o lavar la ropa a 40ºC en vez de a 60ºC para gastar un 55% menos.
El descenso registrado por Endesa en Tarragona puede responder al efecto de esas restricciones. De hecho, las cifras se parecen mucho a las globales de España. Según datos provisionales de Red Eléctrica de España (REE), la bajada en este mes ha rondado el 4%, un registro que se parece a las previsiones manejadas por el Gobierno. «Es complicado decir a qué se debe, porque hay muchas variables que juegan», explican desde Endesa, que no aglutina en Tarragona la totalidad de los contratos pero sí la gran mayoría.
La electricidad y el gas se han encarecido un 58% en Tarragona en el último año, según los datos del IPC difundidos ayer por el INE
La voluntad ahorradora de la ciudadanía y el tejido económico de la provincia pueden estar tras el descenso, pero también eventualidades como las olas de calor o la evolución del turismo y la laboralidad, que siempre influyen.
La impresión, más allá de la estadística, es que la gente hace los deberes y también los sectores implicados, pese a las molestias generadas. «Vemos que enseguida nuestros comercios se han adaptado a la nueva normativa. Ha habido bastante predisposición y el balance que hacemos es bueno», diagnostica Judith Sentís, dinamizadora de La Via T de Tarragona.
«En general se cumple»
«En general se está cumpliendo todo y muchos ya lo venían haciendo de antes, apostando cada vez más por iluminación led o apagando las luces por la noche», explica Jacint Pallejà, presidente de El Tomb de Reus. La entidad comercial asigna un distintivo que reconoce a aquel establecimiento que está ahorrando energía conforme al decreto ley. Sentís dice que «esperemos que todo esto sirva de algo, lo que pasa es que nos llegó en agosto, en un momento con poco margen de maniobra».
Tarragona está en la línea de España, donde el consumo eléctrico cayó el 4% en el primer mes del plan, según datos de Red Eléctrica
Meritxell Barberà, presidenta de la Unió de Botiguers de Reus, explica «que todos están cumpliendo con la iluminación y los niveles del aire acondicionado, aunque sabemos que 27ºC es insuficiente y que en algunos casos se pasa calor». Más dificultad habrá a la hora de instalar puertas automáticas. «En ese punto necesitaremos ayudas para poder cumplir», admite Barberà.
Los comercios esperan que pronto estas medidas ayuden a rebajar la factura, aunque sea mínimamente y a largo plazo, algo complicado dada la escalada de los precios. «No sabemos si compensará, porque el coste de la energía es tan elevado y sigue subiendo tanto que casi que solapa esos recortes que puedas hacer por tu cuenta», lamenta Judith Sentís.
Ayer el INE publicó los últimos datos provincializados del IPC, referentes a agosto. Los suministros a la vivienda se han encarecido un 28,7%, la cifra más alta desde marzo, cuando la guerra de Ucrania disparó el dato (38,4%). Si hay alguna partida que se desboca, para martirio del consumidor, es la de la electricidad y el gas. Subió un 58% en Tarragona, en relación con agosto de 2021. También destaca el incremento histórico de los alimentos, que se encarecen en la provincia un 14%, la máxima cifra de la serie histórica, que arranca en 2002.
