Tarragona controla la plaga de ratas con un sistema pionero en España

Ematsa dispone de cuatro trampas que se activan con el movimiento del roedor y lo eliminan cuando éste pasa por debajo de ellas

19 mayo 2017 22:19 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:38
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Tarragona se ha convertido en España en un referente para controlar las plagas que habitan en la red de alcantarillado, sobre todo de las poblaciones de roedores que habitan en ella.

Hace poco más de dos años, Ematsa asumió la gestión del saneamiento y desde el primer momento sondeó en el mercado y en diferentes países qué métodos llevaban a la práctica para poder eliminar la superpoblación de ratas de esta red subterránea a su vez que reducían las quejas de los vecinos por la presencia indeseada de los roedores por las calles o zonas públicas.

«Encontramos que Dinamarca aplicaba un sistema de cazar ratas eficaz y decidimos probarlo para ver si se ajustaba a nuestras necesidades», explica José Molina, jefe de operaciones de Ematsa. La empresa mixta de aguas hizo la prueba piloto con cuatro equipos (cuya inversión ronda los 12.000 euros) y tras los resultados obtenidos en los primeros meses decidieron comprarlos.

El equipo en cuestión (ver imagen) es una trampa que funciona con un sensor de movimiento. Cuando el roedor pasa por debajo de la trampa, del cilindro salen varias varillas metálicas que matan a la rata y ésta, luego, es arrastrada hasta la depuradora por la corriente de agua. En caso de que el pozo tenga poco caudal, los propios operarios de Ematsa comprueban semanalmente los pozos con trampas y retiran los ejemplares que pudieran quedar.

«Es un sistema eficaz que funciona muy bien en ciudades de países del norte de Europa y por ello nos convenció. En 2013 éramos los únicos en España que lo usábamos. Actualmente hay otras ciudades interesadas en copiar el modelo», añade Molina.

Con cifras en la mano, las cuatro trampas han efectuado un total de 629 disparos, un centenar en el periodo de pruebas. Aunque el número de disparos es alto, lo cierto es que no se puede afirmar con seguridad que cada uno de ellos haya matado una rata. ¿Por qué? «Si hay caudal de agua, la rata es arrastrada hasta la depuradora. Si no hay agua, la recogemos manualmente. Pero no podemos saber cuántas se han eliminado. Sí estimamos que la eficacia está por encima del 80%», asegura el técnico. Serían más de 500 los roedores eliminados en Tarragona en dos años.

 

Cámaras de visión nocturna

Para intentar comprobar que cada disparo registrado en la sala de control de Ematsa era efectivo para matar ratas, Ematsa puso hace un año un complemento a la trampa: una cámara de visión nocturna que se activa por movimiento. «La idea era comprobar esta eficacia que intuimos y a día de hoy, y a falta de tener más datos, corrabora nuestras previsiones», concluye Molina.

El éxito del sistema ha quedado reflejado en las estadísticas que maneja el área de Neteja Pública. El número de quejas por roedores en el primer semestre de 2014 fue de 43, quince más que este año en el mismo número de meses.

«El Ayuntamiento ha apostado fuerte en el control de plagas. Los datos de estos dos últimos años indican que los sistemas utilizados funcionan y que la aplicación de la tecnología permite una mayor eficacia en el objetivo y una reducción significante de quejas vecinales», explica la concejal responsable de la limpieza pública, Ivana Martínez, quien subraya que «la clave del éxito pasa por la aplicación de métodos preventivos, cuando antes sólo eran correctivos».

 

Prevención, corrección

Para poder reducir al máximo estas poblaciones de roedores en la red de alcantarillas, Ematsa actúa en dos direcciones, una preventiva (colocación de una comida envenenada en los pozos para que los animales mueran al digerirla) y la correctiva, las trampas.

En este segundo caso, Ematsa recibe el aviso de la presencia de ratas en alguna zona de la ciudad. «Lo primero que hacemos es estudiar la queja y buscamos dónde podemos colocar la trampa, en qué boca de alcantarilla es mejor. La decisión es poner la trampa en la boca más cercana a la vivienda donde se han visto recientemente las ratas o bien en aquellos pozos de alcantarilla que son cruces y donde podemos ser más eficaces porque cogemos diferentes conexiones», explica Molina.

La trampa se coloca en cuestión de minutos y se programa. El sensor de movimiento se activará cuando pase el roedor por debajo de la trampa y emitirá una señal una vez disparada, para que desde la sala de control se sepa que se ha activado. Cuantos más disparos, más roedores son los que pasan por ese tramo. «Es habitual que en los primeros días se dispare entre 5 y 10 veces y que con el paso de las semanas llegue a cero. Ello significará que por allí ya no pasan ratas», concluye el jefe de operaciones.

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