Un centenar de restauradores de Tarragona, la mayoría de ellos propietarios de locales, han expresado en la Plaça de la Font de Tarragona su rechazo al incremento de tasas e impuestos programados para la ciudad a partir del 1 de enero de 2024.
Convocados por la plataforma Associació Cultural de Restauradors de Tarragona, que ya cuenta con 147 asociados, los manifestantes han desplegado una pancarta con el: «No a la pujada d’impostos i taxes». Esta ha ido acompañada de carteles también explícitos que pedían al Ayuntamiento que se dejara trabajar y «basta de atracar». A diferencia de las otras concentraciones previas, además de las pancartas y los mensajes de rechazo a la subida fiscal, en ésta ha habido pitada y cacerolada.
«No podemos seguir asumiendo más gastos», decía la portavoz del colectivo, Maribel Rubio. Esta lamentaba que el incremento impositivo ha sido unilateral, por parte del Ayuntamiento, y que no ha habido un diálogo con el sector. «Antes de la aprobación de las ordenanzas hubo un pequeño acercamiento, pero creemos que antes de una subida tan bestia debería haberse producido alguna comunicación».
Durante la protesta se leyó un manifiesto en el que el sector denunció que los gastos se han «triplicado» en los últimos dos años, con la inflación y los precios de la luz y el gas. Asimismo, estos también aseguraron que están sufriendo una «persecución» por parte del Ayuntamiento y lamentaron sentirse «engañados» por parte de los representantes políticos, que durante la campaña electoral del pasado mes de mayo no hablaron de una subida impositiva.
«Dan ganas de coger y cerrar», decía Lola Membrive, del Coimbra, quien asegura que «estamos cansados de no poder trabajar como nos merecemos». Muchos profesionales afirman que este sector fue el que «sufrió más durante la pandemia», por lo que consideran que esta subida de las tasas tendrá consecuencias y que «acabará repercutiendo en los precios sobre el público», decía Rubio.
«Cada vez más nos están recortando los horarios, las terrazas y ahora esto. Todo son problemas», decía Joana Vallecillo, de la Vermuteria del Fòrum.
Representantes de las asociaciones vecinales y de la plataforma Aixeca’t Tarragona se han sumado a la reivindicación, mientras los profesionales del sector lamentan que la ciudadanía no esté saliendo a la calle para expresar su malestar. «Debemos ir todos a una porque Tarragona somos todos y, al final, lo que tendremos es una ciudad fantasma», decía Vallecillo.
Tercera jornada
La de este miércoles era la tercera jornada de propuestas, después que el ejecutivo de Rubén Viñuales aprobó el pasado 26 de octubre la subida de impuestos con el aval de Junts per Catalunya y En Comú Podem. Un acuerdo que costará un 7,5% más de IBI y un incremento del 12% en la tasa de la basura.
Esta nueva concentración en la Plaça de la Font ha sido más ruidosa que las dos precedentes con pintada y cacerolada incluida
Este malestar que inicialmente se expresó mediante las redes sociales salía por primera vez a la calle en forma de protesta el pasado 3 de noviembre, cuando un grupo de unas 150 personas se concentró delante de las puertas del ayuntamiento. Si el primer día fueron ciudadanos anónimos y las asociaciones vecinales que a título personal cogieron el liderazgo, rápidamente este lo asumió la plataforma Aixeca’t Tarragona, que el pasado 10 de noviembre convocó una segunda protesta.
Este colectivo se muestran especialmente críticos con el incremento del 20% en el impuesto de las terrazas, así como los planes de ampliación de zonas de aparcamiento azules y verdes en la ciudad.