Dice Joan Dolcet, vecino de Cornudella de Montsant, que «todo sale de la tierra». Lo hace además con conocimiento de causa, puesto que el Priorat es feudo de payeses y payesas que, durante años y años, han trabajado el terreno para ganarse la vida.
Todos ellos y todas ellas tienen algo en común: que nunca habían visto que Siurana, su pantano, está al 2,70% de su capacidad. Son 0,14 hm³ de los 5,32 hm³ que puede albergar.
Una vista que estremece y que nunca se había dado en ninguno de los 51 años de vida que tiene el pantano, inaugurado en el 1973.
«Igual tendré que dejarlo todo», prevé Joan Llaberia, que es vecino de Riudecanyes y, a su vez, presidente de la Comunitat de Regants del pantano.
Él cultiva olivos, algarrobos y avellanos desde hace años, y, junto a Miquel y a Antonio Oliva, hermanos y vecinos también del pueblo, expresan que nunca habían visto nada igual: «Pantanos vacíos y pozos sin agua; nosotros teníamos uno de 2.000 litros la hora y, ahora, sacamos 1.500 al día», comentan.
A estos ejemplos, que los hay a montones, se les suma el vandalismo, y es que algunos testimonios manifiestan que han sufrido el robo de parte de la maquinaria que utilizaban para conseguir agua de los pozos: «Estamos totalmente desmoralizados; es algo que no podemos combatir».
El paisaje que queda es poco más que desolador para aquellos que dependan únicamente del agua de los pantanos, tras 43 meses seguidos sin lluvias abundantes.
«Toda esta situación provoca que se pierdan kilos de vendimia, que la población vaya reduciéndose», vecinos de Cornudella de Montsant
Antes de esta sequía, los regantes de Riudecanyes, organizados desde el 1918, solo se habían quedado sin regar en el año 1948, cuando aún no existía el polémico trasvase proveniente del río Siurana.
Un trasvase detenido, a causa de la sequía, en verano de 2023 por la Agència Catalana de l’Aigua (ACA). Fue la primera vez que sucedió en toda la historia, lo que provocó que, 76 años después, volviera a no haber riego.
«Teníamos ocho años y aún lo recordamos, pero ninguna sequía ha sido como esta», admiten los hermanos Oliva. «Y este año, si no llueve, tampoco podremos regar», manifiesta el gerente de la Comunitat de Regants, Miquel Àngel Prats.
«Vemos muy cruda la continuidad del sector si todo sigue así», vecinos de Cornudella de Montsant
El Govern tiene encima de la mesa un proyecto para construir una Estación de Regeneración de Agua (ERA) en la depuradora de Reus.
Algo que ya se trató en 2021, cuando se hizo un estudio que presupuestó las actuaciones en 28 millones de euros, pero que no salió adelante tras no alcanzar un acuerdo unánime las entidades del territorio.
«Estamos totalmente desmoralizados», vecinos de Riudecanyes
Posteriormente, tras la insistencia de los campesinos, se ha seguido por este camino. De esta manera, el objetivo final es que el agua regenerada que se utilice sirva para el riego y que el río Siurana pueda tener un caudal ecológico mayor.
Ahora, ese caudal –medido en la salida de la presa– está en una media anual de unos 54 litros por segundo.
La obra de la ERA de Reus, asumida por la ACA, está definida en dos partes: la primera, cuyas obras costarían unos ocho millones de euros, es la propia construcción de la planta regeneradora.
La voluntad del Departament d’Acció Climàtica, que ya ha adjudicado la redacción del proyecto, es que durante el 2024 se lleve a cabo el proyecto y se ejecuten las obras a lo largo del 2025.
«Recordamos cuando no se pudo regar en 1948, teníamos siete u ocho años, pero nunca habíamos vivido una sequía como la actual», vecinos de Riudecanyes
La segunda parte, cuya redacción aún no ha sido adjudicada y que será materializada por la secretaría de Agenda Rural, contempla la conexión de la planta con una balsa de almacenamiento en el entorno de Les Borges del Camp.
En los últimos días, la payesía ha reclamado que los trabajos se declaren ‘de emergencia’ para que, de este modo, vayan por la vía rápida.
En palabras de Andreu Escolà, miembro de GEPEC-EdC, «la Comunitat de Regants de Riudecanyes pide ahora estas obras cuando ha estado años sin preocuparse por ellas mientras utilizaban agua del río Siurana y hacían negocio con ella; ahora, han visto que se les acaba».
Escolà también advierte que, desde que se paró el trasvase, «el río va más lleno que nunca, algo que parece impensable por la sequía».
De esa agua que sale del pantano de Siurana, además de ir río abajo, se nutren los municipios prioratinos de la mancomunidad del Topograpo (Torroja del Priorat, Poboleda, Gratallops y Porrera).