La lluvia ha sido una de las protagonistas durante las fiestas en honor a Santa Tecla organizadas por l’AV la Unió de Sant Pere i Sant Pau. De hecho, durante la mañana de ayer, lo que más se veía eran los teléfonos móviles con la aplicación del radar. Sin embargo, a pesar de estar parte de la mañana lloviendo, la XVII Trobada de Gegants pudo llevarse a cabo. Eso sí, con algunas modificaciones.
En teoría, a las 12 h empezaba la cercavila por todas las calles del barrio. A pesar de no llover en ese momento, las collas geganteras decidieron que, por precaución, era mejor quedarse en el patio del Centre Cívic y hacer bailar ahí a los gegants. «Si se nos pone a llover no tenemos dónde refugiarnos y el material no se puede mojar», explicó Raquel Sánchez, secretaria de l’AV La Unió.
Y, de esta forma, se hizo la particular Trobada Gegantera. La Xaranga els Guirigalls se encargó de amenizar algunos bailes con la música más típica de las fiestas. Y, de uno en uno, fueron participando todos los asistentes: Gegants del Port, Colla gegantera Petits pintors, Colla gegantera de la geganta Frida, Esbart dansaire Ramon d’Olzina, Gegants de Sant Pere i Sant Pau i Gegants del Morell.
«Es una pena que no salgan porque con los pequeños siempre procuramos venir. Es uno de los actos que nos reservamos porque a ellos les gusta mucho», explicó una vecina de Sant Pere i Sant Pau de toda la vida. Además, especificó que en Tarragona hay mucha tradición gegantera, pero «hace ilusión cuando lo traen al barrio».
Ayer fue la última jornada de unas fiestas que, según Raquel Sánchez, «han sido más flojas respecto a las ediciones de otros años». Las precipitaciones han alterado parte de la programación y eso se ha notado. «Sin embargo, la gente ha sido muy insistente en los momentos de lluvia para ver si al final se haría lo que tocase en ese momento. Y, cuando paraba de llover, la gente ha acudido en masa», expresó Sánchez.
En cualquier caso, l’Associació de Veïns La Unió ha procurado buscar alternativas para poder llevar a cabo el programa con la máxima normalidad posible. De hecho, ayer solo tuvieron que suspender la cena de ‘germanor’ entre todos los vecinos del barrio. Y, todo y con eso, hubo quien se resistió a la lluvia para poder estar con sus amistades. «Estábamos pendientes del radar y al final la suspendimos porque no podíamos cenar mojados. Pero se nos acercaban vecinos todo el rato preguntando si había alguna forma de celebrarla. Al final, algunos cogieron las sillas para ir a cubierto en sus locales particulares», detalló Raquel Sánchez.
Los vecinos de Sant Pere i Sant Pau no han fallado. Las fiestas han servido para encontrarse con todo el barrio y llevar a cabo actos para todo tipo de público. Desde talleres infantiles, hasta música y bailes para los más mayores. Una previa para calentar motores antes de una Santa Tecla que está a punto de llegar.
