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Ricomà: «Abrir los domingos supone un cambio cultural»

El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, asegura que para implantar la medida es necesario el consenso del sector

02 mayo 2022 11:25 | Actualizado a 02 mayo 2022 11:27
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Que los comercios tarraconenses abran sus puertas todos los domingos y festivos de verano es una cuestión de ciudad. Por eso el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, ha querido pronunciarse al respeto. Ricomà no descarta llevar a cabo la propuesta, pero antes que nada asegura que para implantar la medida será necesario «un amplio consenso por parte de las diferentes asociaciones comerciales y de los sindicatos representativos del sector». Además, el alcalde pide que la iniciativa «no deje los derechos laborales fuera de esta ecuación».

Ricomà reacciona así a la propuesta que llevan meses trabajando algunos agentes comerciales de la ciudad, como son la Cambra de Comerç y Pimec Comerç, que se encuentran inmersos en la búsqueda del acuerdo entre todo el sector para que el comercio de Tarragona abra sus puertas todos los domingos de verano, a partir del 15 de junio y hasta el 15 de septiembre. La propuesta es prácticamente igual que la que Barcelona tramitó hace unos meses y que resultó con éxito para los impulsores.

La opinión, tanto del equipo de gobierno como de los partidos de la oposición, es clave, teniendo en cuenta que la iniciativa llegará al plenario municipal y los concejales deberán votarla. Eso sí, la última palabra será de la Direcció General de Comerç de la Generalitat, órgano competente en estos casos.

Actualmente, todos los comercios de hasta 300 metros cuadrados pueden abrir los festivos a excepción de algunos días concretos. «El planteamiento que propone la mesa de comercio parte de la hipótesis que, pudiendo abrir de manera sistemática y regular todos los comercios, incluso los de más de 300 metros cuadrados, se generaría una capacidad de atracción que ayudaría a mejorar la salud del conjunto del comercio, pequeños incluidos», dice el alcalde.

Ricomà acaba: «La cuestión no es fútil, porque supone un auténtico cambio cultural y al pequeño comercio se le pide un giro en su posición tradicional que, seguramente, precisa de estudios y proyecciones de futuro para que las buenas intenciones manifestadas por una parte del sector comercial sean asumidas ampliamente».

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