Las palabras ‘refugio climático’ han comenzado a popularizarse a la par que el calor se hace insoportable en las ciudades y los estudios demuestran que las altas temperaturas aumentan la mortalidad.
En Tarragona este es el segundo año consecutivo en que se pone en marcha una red de refugios climáticos. A diferencia de lo que sucedía el año pasado, cuando había refugios en centros e instituciones donde los responsables no tenían ninguna noticia al respecto; este año la mayoría de los refugios están en dependencias municipales. En el mapa de Protecció Civil de Tarragona se cuentan 19 edificios, aunque también se tienen en cuenta 14 parques y espacios naturales.
En la misma web se especifica que «un refugio climático es un espacio interior o exterior accesible que, durante los episodios climáticos extremos, proporciona confort térmico, descanso y seguridad a la población». Para ello, apuntan, tiene que contar con 27ºC en verano y 19ºC en invierno y la posibilidad de ofrecer agua potable.
Horario de oficina
En el mapa que puede consultarse en la web municipal lo primero que salta a la vista es que dos de los edificios están cerrados en el mes de agosto. De los 17 restantes, ocho solo abren por la mañana (y de lunes a viernes) y uno solo abre por la tarde, lo que limita bastante su horario de uso.
Entre los sitios elegidos hay polideportivos municipales, centros cívicos, oficinas de atención al ciudadano y el propio palacio municipal de la Plaça de la Font. También se cuenta la Estación de Autobuses que es el espacio con el horario más amplio. El reparto, no obstante, no llega a toda la ciudad y en Llevant, por ejemplo, no hay ningún refugio.
Para ver cómo funcionan acudimos a seis de los edificios que están ubicados en el centro. Solo encontramos uno que está indicado. Se trata del Institut Municipal d’Educació, IMET, donde hay una pegatina en la puerta.
Al margen de la falta de señalización, lo cierto es que en los seis sitios visitados, cuando preguntamos si se trata de un refugio climático las personas que nos atienden, tanto recepcionistas como personal de seguridad, nos hacen pasar y nos ofrecen agua y un sitio para sentarnos. Aseguran, además, que saben identificar a alguien que está sufriendo un golpe de calor y dónde llamar en caso de ser necesario. En el OMAC de la Rambla Nova, por ejemplo, nos explican que es algo que han hecho «de siempre».
Pese al esfuerzo, los cierto es que en la mayoría de los refugios no han recibido a nadie, o casi nadie que diga que va expresamente a resguardarse del calor.
Consultados sobre el balance que hacen de la red de refugios, fuentes municipales señalan que «no se ha recibido una gran petición de usuarios en los diferentes edificios municipales, que ofrecen este servicio. Aun así consideramos importante seguir colaborando en esta campaña porque con solo que una persona de la ciudad lo use, ya es necesaria».
Señalan que este año se ha propiciado que los refugios cuenten con agua fresca. Este mes de septiembre, además, está previsto sembrar árboles en los patios de algunas escuelas para que se conviertan también en refugios el año que viene.
Deberes pendientes
En su informe ‘Adaptación de las ciudades al calor extremo: protección frente a los impactos en la salud’ presentado el mes de junio pasado, la organización ecologista Greenpeace recoge las evidencias científicas existentes sobre los graves impactos del calor extremo en la salud. Resaltan los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad: personas mayores, infancia, embarazadas, población trabajadora en exteriores, y enfermedad mental.
Hacen, además, un repaso de la situación de quince ciudades españolas entre las que se encuentra Tarragona. El punto positivo es que la ciudad es una de las cuatro, junto a Barcelona, Bilbao y Murcia que cuenta con una red de refugios. También destaca por tener un sistema de alerta temprana adherido al sistema de avisos del Servei Meteorològic de Catalunya.
Por contra, el informe lamenta que «Tarragona no cuenta con un plan de adaptación al cambio climático como tal, sino que establece medidas de adaptación a través del proyecto GreenBelt’26 cuyo objetivo es la renaturalización de los espacios urbanos y periurbanos del anillo verde». Señalan que el proyecto «contempla actuaciones enfocadas a la renaturalización de espacios naturales, lo que es una buena noticia, pero no determina ningún objetivo, por ejemplo, de aumento del arbolado o de la cobertura vegetal».
Y apuntan que «tampoco incluye medidas de carácter social que favorezcan a la población más vulnerable, estudios de vulnerabilidad o impactos en la salud de la población por calor extremo».
Un verano de mucho calor y pocas alertas
Pese a que las palabras ‘ola de calor’ han aparecido en más de un titular en las últimas semanas, lo cierto es que en la ciudad de Tarragona, en lo que va de estío, solo ha sido necesario activar el protocolo por calor intenso una noche: la del 24 de julio.
Y es que, según lo que contempla el Protocol Municipal d’Episodis de Calor, en el caso de Tarragona solo se emiten avisos de riesgo de calor si está previsto superar cierto umbral según los datos que publica el Servei Meteorològic de Catalunya.
Los avisos por calor intenso se emiten cuando se prevé una temperatura máxima de 34,2ºC o más durante tres días y por calor muy intenso si se van a superar los 36,2ºC en el mismo período.
En lo que se refiere a la temperatura nocturna, el umbral del calor intenso está en los 24,5ºC y el muy intenso en 26,5ºC, en ambos casos si la previsión es para tres días o más.
A modo de ejemplo, el gráfico superior muestra las temperaturas que se han registrado en la ciudad, en concreto en la estación de la Zona Educacional, en lo que va del mes de agosto: no ha habido ningún período de tres días o más en que se superaran la temperaturas límite.
Valga recordar que cada municipio fija su umbral en función de las temperaturas habituales y las características de su población.
Pese a que las palabras ‘ola de calor’ han aparecido en más de un titular en las últimas semanas, lo cierto es que en la ciudad de Tarragona, en lo que va de estío, solo ha sido necesario activar el protocolo por calor intenso una noche: la del 24 de julio.
Y es que, según lo que contempla el Protocol Municipal d’Episodis de Calor, en el caso de Tarragona solo se emiten avisos de riesgo de calor si está previsto superar cierto umbral según los datos que publica el Servei Meteorològic de Catalunya.
Los avisos por calor intenso se emiten cuando se prevé una temperatura máxima de 34,2ºC o más durante tres días y por calor muy intenso si se van a superar los 36,2ºC en el mismo período.
En lo que se refiere a la temperatura nocturna, el umbral del calor intenso está en los 24,5ºC y el muy intenso en 26,5ºC, en ambos casos si la previsión es para tres días o más.
A modo de ejemplo, el gráfico superior muestra las temperaturas que se han registrado en la ciudad, en concreto en la estación de la Zona Educacional, en lo que va del mes de agosto: no ha habido ningún período de tres días o más en que se superaran la temperaturas límite.
Valga recordar que cada municipio fija su umbral en función de las temperaturas habituales y las características de su población.