Esta es una pregunta que se están planteando muchísimas personas que han pagado por adelantado sus billetes de avión y que, evidentemente, de momento no van a poder disfrutarlos.
Para los billetes de avión (e incluso para otros servicios turísticos sueltos como las reservas de hotel) las compañías deberán ofrecer a los pasajeros el rembolso del precio del billete o la conducción hasta el destino final en una fecha posterior que convenga al pasajero.
Esto último es lo que están haciendo muchas aerolíneas a través de bonos que el pasajero podrá usar en el futuro; y todo ello con el fin de evitar un alud de devoluciones que las aboque a la quiebra por falta de liquidez.
Legalmente, el pasajero y el transportista tienen dos meses para llegar a un acuerdo sobre la compensación ofrecida por la cancelación del viaje; si transcurrido ese plazo no se han puesto de acuerdo, el cliente puede solicitar que le devuelvan el dinero.
Luego está el caso de los llamados viajes combinados, que suelen ofrecer las agencias de viaje y en los que se contratan como mínimo dos servicios (por ejemplo hotel más avión). Aquí, las agencias deberán entregar un bono para ser utilizado dentro de un año desde la finalización del estado de alarma, por una cuantía igual al gasto efectuado. Pasado este tiempo, si el cliente no ha hecho uso del bono, puede solicitar a la agencia la devolución del importe.
A grandes rasgos esto es a lo que tenemos derecho como consumidores. Pero creo que en estos momentos extraordinarios hay que ver un poco más allá y pensar no sólo en lo que es legal sino también en lo que es razonable. Y yo personalmente creo que ahora lo más razonable es aceptar la opción que ofrecen las empresas de turismo y transporte de canjear los billetes ya avanzados por bonos de viaje que pueden ser utilizados con posterioridad; lo mismo es válido para gastos hechos en hoteles y otras empresas relacionadas con el turismo.
¿Por qué digo que es lo razonable? El turismo es nuestra principal actividad económica: representa casi un 20% del PIB y da trabajo a millones de personas.; pero también es quien más fuertemente se ha visto afectado por la pandemia, pues el confinamiento supone que su actividad ha quedado reducida prácticamente a cero.
Por tanto, es un sector al que deberíamos ayudar colectivamente cuando la economía vuelva a echar a andar; y la mejor manera de hacerlo es utilizar en otras fechas los viajes y estancias que hayamos adquirido con anterioridad.
Pero además hay que pensar que si se procede a la solicitud de reembolsos masivos, puede producirse la quiebra de compañías aéreas o empresas turísticas que no podrán soportar semejante disminución de liquidez. Quiebra que a su vez nos va a suponer un perjuicio a todos nosotros como usuarios ante la pérdida de operadores y competencia en el mercado, lo que finalmente pude conllevar un incremento de generalizado de precios.
*Montse Martínez, profesora de la URV y abogada Grupo Gispert Abogados y Economista.