Prueba piloto de lo que será el Port Esportiu del futuro

Con la puesta en marcha de la iniciativa gastronómica y cultural, llamada L’Illa del Port, se da, veinte años después, el pistoletazo de salida a la revitalización del equipamiento

18 marzo 2022 19:20 | Actualizado a 19 marzo 2022 07:28
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Arranca lo que en un futuro debe ser el Port Esportiu de Tarragona. Después de muchos años sin apenas actividad en el equipamiento, este fin de semana se pone en marcha L’Illa del Port, una iniciativa gastronómica y cultural, que pretende impulsar el ocio en esta zona estratégica de la ciudad. Un revulsivo necesario. Se trata de tres restaurantes con temáticas distintas, donde se programarán conciertos y otras actividades culturales. L’Illa del Port es una especie de prueba piloto de lo que podría ser en un futuro la oferta lúdica en este espacio, hasta ahora dormido y con un sinfín de locales cerrados.

L’Illa del Port caza a la perfección con lo que el Reial Club Nàutic –actual gestor de las instalaciones– tiene previsto para las instalaciones del Port Esportiu. En dos años terminará la concesión actual, pero la entidad aspira a prorrogarla por otros 15 años más. Mientras tanto, algunos empresarios empiezan a degustar las posibilidades que tiene este rincón privilegiado de la ciudad.

L’Illa del Port está situada en la parte de arriba del Port Esportiu, concretamente en el espacio que años atrás ocupaban los locales de la Isla del Mojito y la mítica discoteca Golfus. Cuenta con 1.400 metros cuadrados y ofrece una triple oferta gastronómica. Por un lado, el Blue Monkey Marina, que apuesta por la cocina mediterránea y con las paellas como plato estrella. También hay un restaurante de comida oriental y otro de tapas y pinchos, al más puro estilo andaluz.

«Nuestro objetivo es revitalizar la zona y apostar por ella. Queremos que el Port Esportiu vuelva a ser un referente para público de todas las edades», explica el creador e impulsor de la iniciativa L’Illa del Port, German Agra. Es un empresario tarraconense de 38 años al que la Covid le cambió la vida. «Empecé a pensar en un espacio con terraza, al aire libre. Me vine un día aquí solo y vi que era justo lo que buscaba», recuerda Agra, quien propuso la idea de hacer una especie de isla independiente a la dirección del Port Esportiu. La propuesta gustó y lo primero que abrió fue el Blue Monkey Marina. Ele establecimiento tuvo un éxito importante a lo largo del verano pasado.

Este fin de semana, abre el resto de restaurantes, y se inaugura el espacio con una programación de conciertos y espectáculos a lo largo de hoy y de mañana. Los inversores han inyectado un total de medio millón de euros para su puesta a punto. «Queremos ser la alternativa a la Plaça de la Font, a la del mercado o al Serrallo», añade Agra. «Ofreceremos conciertos simultáneos, música en vivo y exposiciones de arte. Lo que nos interesa es que la experiencia de cara al cliente vaya mucho más allá de sentarse en la mesa», explica el empresario.

Este resurgir no podría entenderse sin las actuaciones llevadas a cabo por la Autoritat Portuària en los últimos tiempos, como por ejemplo, la pasarela que une el Balcó del Mediterrani con la Platja del Miracle.

Dos años para cambios

La inauguración de L’Illa del Port tiene lugar cuando faltan exactamente dos años para que se acabe la concesión del espacio para el Nàutic Tarragona. La entidad aspira a prorrogarla por 15 años más y por eso ya hace años que se trabaja en un proyecto. Andrea Mazzanti, presidenta del Reial Club Nàutic –socio mayoritario del Port Esportiu–, ve con buenos ojos la iniciativa de German Agra y su equipo. «Esto es el principio del cambio. Llevamos tiempo haciendo muchas cosas invisibles para la población, como por ejemplo, el cambio de los muelles. Nos hemos gastado 700.000 euros», explica Mazzanti, quien añade que «L’Illa del Port es un elemento tangible para todo el mundo. Solo es el principio de lo que debe ser este espacio», explica Mazzanti.

La entidad gestora busca atraer a más empresarios valientes que quieran apostar por esta zona. El problema es que muchos de los locales que hay en el Port Esportiu son de particulares y, por lo tanto, no se pueden alquilar hasta que no termine el período de concesión. En el caso de L’Illa del Port, los locales ocupados son titularidad del Port Esportiu.

Las nuevas instalaciones buscan ser un espacio en el que las familias puedan acercarse al mar y a las actividades náuticas, cerrando la puerta definitivamente a los locales de ocio nocturno que tanto dieron que hablar hace unos años. Para la transformación del complejo, se prevé una inversión de 4,5 millones de euros en los próximos cuatro años, con tres fases de ejecución.

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