El abuso sexual puede comenzar a prevenirse, literalmente, desde la cuna. «Habitualmente vamos con prisa y manipulamos a los bebés sin explicarles nada. En un momento están vestidos y al otro desvestidos; en un momento están en la cuna y al rato en el coche... Es cierto que un bebé no te va a responder; pero tú puedes explicarle: ‘ahora te vamos a cambiar el pañal’... El reconocimiento del cuerpo es una construcción que hacemos desde muy pequeños y si le hablamos al niño de lo que va a pasar lo incluimos como agente activo», explica Eva Miralles, educadora infantil quien está realizando su tesis pre-doctoral en la URV justamente sobre el bienestar y la prevención de la violencia en la primera infancia. Miralles es, además, miembro del equipo de AFASIT, Associació Families Abusos Sexuals Infantils Tarragona (www.afasit.cat). Allí, entre otras tareas, realiza talleres para adolescentes y para madres cuyos hijos menores de seis años han sido víctimas de abuso.
A medida que los niños se van haciendo mayores y comprenden mejor lo que se les dice, Miralles invita es animarles a hacer actividades como vestirse por sí mismos aunque necesiten más tiempo. «Si se les tiene en cuenta desde pequeños, cuando el niño recibe la actitud de un adulto que le parece rara no la normaliza y lo comunica», señala.
En este sentido también invita a reflexionar sobre la costumbre social de instar a los niños a que besen o abracen a adultos contra su voluntad. «Si desde pequeño te presionan para tener contacto físico con una persona sin tener en cuenta tu opinión, estás normalizando que no puedes elegir quién te puede tocar», apunta.
Buscar espacio para hablar
Esperar a tener ‘la charla’ sobre sexo con los adolescentes, señala, es ir demasiado tarde cuando de prevenir abusos se trata. Es por eso que desde la primera infancia, dice, es crucial construir un vínculo. «Hay que generar espacios de conversación, ver series y películas juntos... Así conforme la criatura va creciendo puede compartir sus inquietudes y se pueden ir abordando los temas a medida que lo necesite. Si queremos una buena adolescencia hay que cultivarla durante la infancia».
En esta construcción del vínculo, explica, es clave que los padres establezcan límites. «Los límites hacen que el mundo sea seguro para los niños; sin ellos no saben donde comienza el peligro y donde hay seguridad... No podemos llegar a la adolescencia y querer poner límites justo en la edad en que quieren transgredirlos», apunta.
En opinión de Miralles todas las personas que tratan con niños (padres, maestros, pediatras...) deberían formarse sobre educación afectivo sexual. En el caso de los docentes cree que es indispensable que tengan formación específica sobre violencia sexual infantil «porque esto no se estudia en las carreras y es escalofriante ver cómo las agresiones son cada vez más duras y comienzan antes... Sino tienes formación, cuando te encuentras un caso, ante lo desconocido entras en pánico o miras para otro lado».
En el caso de los adolescentes considera deberían emplearse estrategias basadas en la evidencia científica. La capacitación afectivo sexual debería ir más allá de lo que se hace hasta ahora, como ofrecer información sobre cómo prevenir embarazos o enfermedades de transmisión sexual. Por contra, dice, hace falta que los adolescentes puedan hablar de sus necesidades.
Se trata de crear momentos para poner sobre la mesa temas como el consentimiento «que puedan saber cómo se pueden guiar para saber si una persona quiere o no quiere mantener una relación según su expresión verbal y corporal; qué pasa si está bajo los efectos de alguna sustancia...Y remata: «todos los estudios lo dicen, la mejor prevención es la educación».
Claves para entender el consentimiento
El concepto. Un aspecto clave para saber cuándo se habla de violencia sexual es tener claro qué es el consentimiento. El Ayuntamiento de Tarragona editó una guía para jóvenes que ayuda a esclarecer conceptos. «El consentimiento es el acuerdo verbal o no verbal para participar en un acto sexual. Es el requisito mínimo para que las relaciones sexuales sean relaciones sexuales y no violencia sexual».
Elección. «Puedo decir que sí y luego que no o al revés. Puedo querer unas prácticas sí y otras no. Puedo querer un día sí y otro no. Puedo querer con unas personas sí y con otras no».
Condiciones. Las personas dormidas o que no están en plenas condiciones de consciencia por haber consumido fármacos, alcohol u otras sustancias químicas no pueden dar su consentimiento... No es consentimiento si la personas lo ha dado bajo situaciones de presión, coacción o inconsciencia.
Edad. La edad legal de consentimiento en el Estado español son los 16 años.
Fuente: Guía joven de consentimiento sexual Ayuntamiento de Tarragona