Tarragona ha decidido poner freno a los pisos turísticos, dando una respuesta al malestar que se estaba generando en zonas como la Part Alta y la Part Baixa, donde las cifras ponen de manifiesto una proliferación desde la pandemia que está generando un importante malestar entre el vecindario.
Para intentar regular esta situación, el pleno del Ayuntamiento de Tarragona ha aprobado iniciar la redacción de un plan especial que permitirá limitar el número de licencias. La propuesta ha seguido adelante con los votos a favor de los grupos municipales del PSC, ERC, Junts per Catalunya y En Comú Podem, y la abstención de los siete ediles que suman PP y Vox.
El alcalde, Rubén Viñuales, ha justificado la decisión a causa de la «preocupante» situación del mercado del alquiler en Tarragona. «Mucha gente no quiere venir a trabajar porque no hay oferta o porque los precios son desorbitados», ha dicho.
El acuerdo hace referencia a un modificativo de crédito por valor de 50.000 euros, que permitirá la redacción de este plan especial que establecerá unas reglas del juego. El objetivo, según ha afirmado el alcalde, es que «en un año» este instrumento de ordenación esté aprobado.
El concejal de Urbanisme, Nacho García, ha explicado que «ahora redactaremos los pliegues para mandarlos a contratación con la intención de licitarlo el año que viene». A partir de ahí va a hacerse esta diagnosis con una radiografía sobre la situación actual, en la que se analizará la afectación sobre el mercado del alquiler y la población residente, además de limitar el número de licencias.
El Ayuntamiento afirma que los topes que se fijarán son los de la Generalitat. «No inventaremos nada», ha asegurado el máximo responsable municipal de urbanismo. Y es que, actualmente ya hay una moratoria en cuanto a la concesión de nuevas licencias, después que la administración catalana ha iniciado la tramitación de un decreto para la regulación de esta actividad en 262 municipios, entre los que se encuentra la ciudad de Tarragona.
De acuerdo con esta, podrá otorgarse un máximo de diez licencias de pisos turísticos por cada cien habitantes. Asimismo, estas no serán indefinidas sino que tendrán que renovarse cada cinco años. «Miraremos como está Tarragona y si tiene que zonificarse, ya que a lo mejor en barrios como la Part Alta y la Part Baixa los límites tienen que ser diferentes, ya que si no han alcanzado el límite estarán muy cerca», ha concretado el cuarto teniente de alcalde.
García ha reconocido que «la sensación» es que en estas zonas se está expulsando a los vecinos, por lo que prevé que en los próximos años tendrá que reducirse el número de estas viviendas. No obstante, ha asegurado que este proceso se producirá «cuando tenga que hacerse la solicitud de estas licencias».
El Gobierno municipal ha ido de la mano en este tema con En Comú Podem, dado que esta fue una de las exigencias que los de Jordi Collado exigieron para la aprobación de las ordenanzas fiscales. Durante su intervención, Collado ha puesto en valor que «este es el primer modificativo de crédito que aprobamos desde nuestro grupo y no es menor, ya que en Tarragona tenemos un problema grave».
Collado ha celebrado que «empiece a ponerse orden a este desbarajuste que tenemos», después de una situación en la que se ha pasado de 989 viviendas con licencia de uso turístico en 2018 a 2.051 en septiembre de este año.
Por su parte, desde el grupo municipal de ERC Xavier Puig ha puesto en valor la regulación que ha iniciado la Generalitat. «Los pisos turísticos son la razón principal por la que Tarragona a perdido población en los últimos años», ha apuntado. Puig considera que la nueva regulación que quiere impulsarse desde la administración catalana supondrá «un cambio de modelo».