El buñuelo, de una masa finísima, explota en la boca y deja salir una exquisita crema de champiñones. Los comensales enmudecen por un segundo. Estamos en el restaurante El Terrat de Tarragona y la peculiaridad es que, en condiciones habituales, esos champiñones que son la base del plato, jamás habrían llegado a la mesa. Lo mismo pasa con la mayoría de los ingredientes de los siete platos que se van servir.
Lo que ha hecho que esta cena sea diferente es que se trata de un ‘ Gastrorecup’, una cena de aprovechamiento en el marco de la campaña ‘Aprofitem els aliments’ que impulsa el Departament d’Agricultura Ramaderia, Pesca i Alimentació. Este año se han sumado más de 50 restaurantes de toda Catalunya.
Cuenta Moha Quach, reconocido chef del restaurante, que se enteró de la iniciativa de manos de su impulsora, la cocinera Ada Parellada, y le pareció una gran idea. Es el segundo año que participa «queremos lanzar el mensaje de que basta de tirar alimentos cuando sabemos que hay gente que pasa hambre».
En el ‘Gastrorecup’ el menú es sorpresa no solo para los comensales, sino también para los cocineros. De hecho Quach no sabía con qué ingredientes iba a contar hasta el viernes, el mismo día de la cena. En resumen, es lo más parecido a lo que sucede en una casa cuando se abre la nevera y toca improvisar.
La mayor parte de la fruta y verdura provenía de Espigoladors, personas que, de manera voluntaria, van al campo a recoger los alimentos que no suelen ser cosechados porque se presupone que no se van a vender.
Quach pone un ejemplo. Entre los ingredientes que ha usado había calabacines cuyo único ‘defecto’ era tener una forma distinta de la habitual, o tomates que, simplemente, tenían tamaños dispares.
Con otros alimentos más de lo mismo. A los huevos, la nata y el queso les faltaban dos días para su fecha de caducidad, condición que hace que las grandes superficies los saquen de la venta. Y el arroz, plato estrella, el único problema que tenía era que el envase había perdido el vacío.
Bea Marcos, una de las comensales, lamentaba que se tratara de una experiencia efímera mientras fotografiaba uno de los entrantes primorosamente presentados. «Esta comida es demasiado cuqui para ser recuperada».