Cada vez hay más niños y niñas con teléfono móvil propio y cada vez a una edad más temprana. El 57% de los niños de 10 años ya tienen móvil y el porcentaje sube hasta el 75% en el caso de los de 12. Esto implica un peligro real porque el uso de este aparato no siempre es el adecuado. Tiene su lado bueno, pero también su lado malo y las consecuencias ya se pagan en la sociedad actual. Según un estudio de Kaspersky, la mayoría de los padres están preocupados por el comportamiento digital de sus hijos, pero algo menos de la mitad, concretamente el 48 %, utiliza aplicaciones de control parental en los dispositivos que los niños manejan habitualmente. Son cifras alarmantes que indican que hay un problema real.
Hay muchas consecuencias negativas las que pueden provocar un empleo negativo del móvil. Son cada vez más y los miedos se multiplican en los progenitores. «Para mí lo más peligroso de los teléfonos móviles son las redes sociales porque dan lugar a las comparaciones y hay mucho perfil falso que se esconde detrás de un nombre y una foto falsa». Son las palabras de Silvia, una vecina de Miami Platja que es madre de dos niñas de 9 y 17 años.
Más allá de los perfiles falsos que existen en las redes sociales, hay otros peligros como es el ciberacoso, que cada vez prepondera más. Hay estadísticas que hablan de que uno de cada diez estudiantes de primera y secundaria sufren esta lacra social. Por no hablar de que la pornografía y el contenido para adultos es mucho más accesible. Tanto, que un 10% de los consumidores de pornografía en Internet tienen menos de 10 años, según la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).
Laura Sánchez, psicóloga general sanitaria especializada en infancia y adolescencia y cofundadora de Arc Centre, cree que el uso de móviles en exceso por parte de los más pequeños es una problemática que hay que tener en cuenta porque está modificando hábitos de manera vertiginosa en los últimos tiempos: «Me preocupa como profesional porque cada vez se están dejando de lado las costumbres y juegos tradicionales y se está sustituyendo por juegos a través de la pantalla. A los niños les motiva más los juegos de pantalla porque la dopamina que segregan es mucho mayor, ya es más motivante que tiene recompensa que no quizás estar en el parque porque eso ya se ha hecho muchas veces».
Laura Sánchez, psicóloga: «Antes de dejarles el móvil, los padres tienen que educar a sus hijos»
Los niños hoy en día pasan una media de siete horas delante de la pantalla y la cifra aumenta durante los fines de semana hasta las 9 horas. Un tiempo muy importante que obliga a los padres a tener que estar encima para ver en qué gastan sus hijos tantos minutos del reloj. ¿Hay límite a la hora de controlarles? «Yo estoy pendiente de lo que miran mis hijas en el móvil, pero hasta cierto punto porque siempre hay que darles la libertad y la confianza que merecen si no demuestran lo contrario», admite Silvia.
Sánchez cree que es relevante tener en cuenta la confianza y la madurez del menor, pero sea cual sea el grado, los padres deben estar encima y supervisar lo que hacen sus niños con el móvil: «No solo depende del nivel edad, sino también del nivel de madurez y el sentido de responsabilidad que tenga el niño y es algo que deben valorar los padres. No quiere decir que aunque mi hijo sea superresponsable, se va a saber gestionar solo, para nada, los padres también tienen que poner límites, de la estancia donde van a coger el móvil para poder supervisar que hacen o dejan de hacer».
Fuensanta, vecina de Vila-seca y madre de dos niñas de 11 y 16 años, ha apostado por la técnica de limitar el tiempo de uso del móvil en casa y lo ha hecho de manera diferente para sus dos hijas: «En casa tienen horarios. La pequeña solo lo puede usar los fines de semana, mientras que la grande lo usa todos los días, pero no le dejamos estar muchas horas. Además, este año está la novedad que el instituto ha prohibido el uso del teléfono móvil y esta es una medida que me parece muy adecuada».
Un 10% de los consumidores de pornogrfía en Internet tienen menos de 10 años
La psicóloga tarraconense también cree que hay que marcar un límite de tiempo, por lo que apoya la técnica de limitar el uso del móvil y añade algo más: «Hay que decirles el tiempo de empleo que tienen porque los niños no tienen la noción del tiempo como los adultos y es importante recordarles que 10 minutos antes de agotar su tiempo jueguen o miren lo que más le gusta. Esto también se tiene que recordar cinco minutos porque esto va a servir para trabajar la frustración y para el tema del autocontrol, que el niño sepa cuando tiene que parar y hay que conseguir que sea él mismo quien apague el teléfono porque esto también fomenta el autocontrol».
Hay padres que controlan, pero otros que reconocen que no lo hacen. Es el caso de Francesc, vecino de Cambrils, que admite que no vigila lo que su hija de 13 años mira en el móvil y es consciente de que no hace bien: «No controlo porque confío en ella, pero también porque no lo suelta nunca. Sé que lo hacemos mal porque, por ejemplo, cuando se va a dormir se lo lleva a la habitación y no debería ser así, debería dejarlo fuera».
Santi, madre de dos niñas en Vila-seca: «Para mí lo más peligroso de los teléfonos móviles son las redes sociales»
Precisamente control la estancia en la que se usa el móvil es otro de los consejos que da Sánchez: «Es recomendable que los niños usen el móvil en un sitio común de la casa como es el comedor y no encerrados en su habitación, porque así los padres están presentes y pueden supervisar su uso».
Como reflexión final, la psicóloga apuesta por naturalizar el uso del móvil en los niños, pero siempre marcando unos límites y sobre todo enseñando lo que está bien hacer y está mal con este dispositivo: «Los padres tienen que educar a los hijos sobre qué son las redes sociales y las aplicaciones y qué cosas positivas y peligros traen consigo. Antes de dejarles el móvil y que lo usen, hay que educarles».