Pérdidas millonarias de las casas de colonias al cerrar en pleno curso escolar

Durante la primavera llenan con estancias de los colegios. Ahora están a la expectativa de poder abrir en verano

15 mayo 2020 07:20 | Actualizado a 15 mayo 2020 07:29
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Cuando algunas casas de colonias hacía prácticamente dos semanas que habían comenzado la temporada de primavera y otras estaban a punto, la llegada de la Covid-19 ha dejado al sector muy tocado y con grandes pérdidas económicas. Las estancias de escolares en las decenas de casas que hay repartidas por Catalunya se han tenido que suspender. Y en el aire, y con muchas incógnitas, está la temporada de verano. Todas las empresas –principalmente familiares– consultadas por el Diari tenían el cartel de «lleno» o «casi lleno» de marzo a septiembre, los meses más fuertes de un sector que en Catalunya ofrece aproximadamente 3.000 puestos de trabajo.

English Summer es una empresa familiar fundada en 1980 por el matrimonio formado por Jordi Fleix y Margaret Wright. Ahora son sus cuatro hijos quienes llevan la gestión de las cuatro casas de colonias que tienen en la demarcación –además de los cursos de idiomas en el extranjero, la academia de idiomas y la agencia de viajes–: Vallclara, Poblet, Tamarit y Prades. Entre las cuatro tienen capacidad para unos 800 jóvenes.

Este año celebran los 40 años de los campamentos de verano, recuerda uno de los hijos de los fundadores y ahora gerente, Felipe Fleix. Lo que inicialmente eran campamentos de inglés durante los meses de más calor se amplió a colonias para alumnos de colegios durante el periodo escolar. «En un curso académico pueden pasar unas 300 escuelas entre los cuatro centros», recalca el gerente. Son unos 18.000 alumnos –algunos de fuera de Catalunya– repartidos en dos periodos: de septiembre a noviembre y de febrero a junio.

La empresa comenzó en febrero el periodo de formación de los monitores y profesionales. Unos 110 tenían que comenzar a trabjar el marzo y en verano son 280.

«Durante la primavera teníamos todo lleno. Incluso gestionábamos a grupos escolares en PortAventura. Se alojaban en los hoteles del parque por falta de espacio en nuestras instalaciones, pero con monitores nuestros», señala Felipe Fleix. Añade que siempre hay un «componente educativo y formativo». No pudieron ni comenzar la temporadaya que llegó la Covid-19.

Quien si consiguió arrancar fue la Casa de Colònies la Marinada de Cambrils, con capacidad para 110 plazas. «Como hacía buen tiempo, abrimos la última semana de febrero y trabajamos hasta el 13 de marzo», recuerda Lurdes Palau, la directora de esta casa de colonias, la única que tiene la empresa y a la que vienen colegios de toda Catalunya. Durante el tiempo que logró permanecer abierto pasaron doce grupos escolares durante la semana y esplais durante los fines de semana.

Palau señala que desde marzo a finales de agosto, la temporada fuerte, «estábamos completamente llenos». La casa de colonias está abierta prácticamente todo el año. Incluso en diciembre tienen grupos.

Abrir unos días

También abrió, aunque tuvo que cerrar al cabo de pocos días, la casa de colonias Món Serè, situada en Les Piles. «Abrimos la temporada el 4 de marzo con una escuela. Los 60 alumnos estuvieron una semana», recuerda Maria Teresa Sendra, una de las propietarias de este negocio familiar abierto en 1992. A la siguiente semana comenzó otra escuela de Tarragona, con 60 alumnos, y a las cuatro de la tarde tuvieron que venir sus padres a recogerlos.

Muchas escuelas han cambiado la reserva para otoño y otras, para el próximo año

La casa tiene capacidad para un centenar de personas y también lo tenían lleno hasta finales de agosto. La mayoría de las escuelas han cambiado la reserva para el próximo año y para otoño. «Solo tres la han anulado», recalca, y añade que todavía están negociando con algunas.

Los propietarios ya tenían contratado el personal para la temporada: cuatro personas para cocinar y limpieza –que son de la Conca de Barberà– y unos seis monitores –que viven en la zona–.

Cal Català, una casa de colonias ubicada en Vilanova de Prades, también tenía abiertas las instalaciones, aunque solo los fines de semana para acoger a grupos de esplai. «Vinieron dos: uno de una parroquia de Lleida y otro de jóvenes con discapacidad», recuerda Gemma Pedrola, una de las propietarias de este negocio también familiar, abierto en 1993 en una antigua casa pairal con ochenta plazas de capacidad.

«Nunca tenemos lleno», afirma la responsable de la casa. Añade que algunos colegios han cambiado de fechas y otros no saben todavía qué harán.

¿El verano? Una incógnita

Qué va a pasar con las casas de colonias en verano es todavía una incógnita. Creen que van a poder abrir. Ahora solo esperan que desde la Generalitat les digan bajo qué medidas higiénicas y preventivas lo tienen que hacer. Mientras tanto, como ya han recibido extraoficialmente algunos borradores de las intenciones del ente autonómico, han comenzado a hacer sus preparativos.

Los campamentos de English Summer comienzan por Sant Joan –el 24 de junio- y se alargan hasta septiembre. Durante estos tres meses pasan por las cuatro instalaciones hasta 3.500 niños, en turnos de una a tres semanas. Los clientes proceden mayoritariamente de España, pero también hay extranjeros. Todas las colonias que hacen son en inglés, aunque también hay algunas de temáticas: hípica, deportes acuáticos, cocina, danza, robótica, moda. «Vienen profesores nativos y tenemos monitores de aquí, con un nivel muy alto de inglés. Porque todo se hace en este idioma», recalca Fleix. Añade que «todo está en el aire. Esperamos que dentro de unos días salga la nueva normativa que regulará las colonias de este verano. Nosotros estamos preparados. Solo nos falta que nos concreten la normativa de Joventut y Sanitat para adaptarnos a ella. Ya estamos realizando adaptaciones de desinfección y limpieza».

Los alumnos que acuden en verano se dividen en dos grupos: de cinco a 13 años y de 13 a 17. Todos llegan a título individual, no vienen grupos. «Devolvemos el 100 por 100 de lo que han pagado. Incluso hemos sacado unas medidas especiales para las familias que tienen problemas para realizar los pagos. También damos la opción de que quien se quiera apuntar se le devolverá el dinero si finalmente lo cancelan». Y también tienen una cantidad limitada de alumnos que solo vienen a pasar el día, porque sus padres viven cerca o porque pasan sus vacaciones al lado.

La casa de colonias La Marinada de Cambrils en verano también tenían previsto realizar colonias de inglés y estancias de balonmano. Sus clientes son grupos de discapacitados y franceses, «que como han cerrado fronteras no vendrán», señala Lurdes Palau.

En el caso de las colonias de inglés, les dijeron que como solo había apuntadas dos niñas, no se iban a realizar. Y los tres grupos de franceses tampoco vendrán.

«Somos empresas pequeñas y vivimos de la temporada. Las pérdidas son muy importantes», afirma Palau. Pero es más, en invierno habían realizado obras de mejora y esperaban recuperar parte de la inversión durante la temporada, algo que finalmente no sucederá.

Esperanza

Cuando a Maria Teresa Sendra, una de las propietarias de Món Serè de Les Piles se le pregunta si podrán abrir en verano, contesta con un «tant de bo». Todo dependerá de los permisos. Durante los meses de más calor tienen apuntados grupos grandes de esplais.

También esperanzada se muestra Gemma Pedrola, de Cal Català, de Vilanova de Prades: «Tenemos esperanza», señala, mientras comenta que también están a la espera de la normativa. «Creo que pasará como en todos los otros establecimientos, que se tendrán que cumplir unas medidas de distancia, higiene, utilización de geles, etc».

La casa de colonias estaba bastante llena este verano, con gente procedente de toda Catalunya. «Sabemos que no podremos tener llenas las instalaciones. Las literas supongo que tendrán que estar separadas, al igual que las mesas del comedor, yen las sillas sólo se podrán sentar dejando una vacía”, comenta. Cree que económicamente podrán ser asumibles las medidas, «dependerá de cómo se trabaje en la casa de colonias, del número de trabajadores, de cómo funcione, etc. Cada casa es un mundo».

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