El Diari recoge el testimonio de 25 tarraconenses para conocer como están viviendo la segunda oleada del coronavirus. Son 13 mujeres y 12 hombres de sectores y profesiones bien distintas como enfermeras, deportistas, músicos o profesores. Cada uno de ellos cuenta su particular visión de la pandemia y explica cómo afrontan a diario tanto su trabajo como la conciliación con el entorno familiar.
Habla Marta Montagut, profesora de la URV
«No estoy más preocupada que en la primera oleada, porque en marzo partíamos desde la incertidumbre. Incluso los expertos, los científicos, empezaban a dar los primeros pasos en la investigación sobre el virus. No saber genera mucha ansiedad. Continuamos sin saber muchas cosas, muchas más de las que nos gustaría, pero como mínimo sí sabemos cómo protegernos mejor y cómo proteger a la gente vulnerable de nuestro entorno».
«No estoy más preocupada, pero sí que estoy más triste y más enfadada. El esfuerzo colectivo del confinamiento solo ha servido de forma puntual para unos meses, en los que los poderes públicos no han aplicado las medidas oportunas y, en menor medida, la ciudadanía ha infravalorado el riesgo».
«También me preocupa el descrédito de las instituciones, que genera una desconfianza creciente en la información que nos llega y que genera una adhesión creciente a teorías negacionistas perniciosas para la colectividad. El debate entre salud y economía es un debate falso. No se trata de escoger entre una u otra opción ya que ambas opciones van parejas».
«Es triste ver las aulas vacías»
«En la universidad resulta muy triste ver las aulas vacías, no ver las caras de los alumnos. Pasarte el día pensando en contenidos online para adaptarte y hacer gran parte de las clases a través de la pantalla resulta frío y un poco frustrante, especialmente si te gusta la docencia y si crees que la universidad no es solo un sitio donde te dan y almacenas conocimientos, sino que es un espacio privilegiado de interacción intelectual y social».
«Respecto a la vida familiar, la apertura de colegios, de momento en vigencia, nos ha dado a todos una cierta normalidad y que agradecemos tanto mayores como pequeños. Todos tenemos nuestros espacios y podemos echarnos de menos. Esperemos no volver a un confinamiento total».