Es complicado tener cifras exactas de cuantos talleres mecánicos ilegales hay en España, pero la Confederación Española de Talleres de Reparación (CETRAA) calcula que un 20% de los talleres operativos actualmente en todo el país trabaja sin las licencias y los permisos pertinentes. De hecho, la situación de crisis económica puede haber provocado o que hayan proliferado este tipo de negocios clandestinos o, a su vez, que hayan visto como su actividad y clientela ha crecido, pues muchos consumidores han acudido a estos talleres fraudulentos atraídos por sus precios más bajos.
Sea como sea, se trata de una práctica que existe en la provincia, y así lo denuncian algunos propietarios de talleres que cumplen con todo lo requerido. Uno de ellos, que prefiere mantenerse en el anonimato, asegura que solo en la zona de Tarragona, Reus y Vilaseca hay más de 20 negocios clandestinos, ubicados en naves industriales a puerta cerrada y en masías, entre otros. El empresario asegura que llevan a cabo todo tipo de trabajos, desde los propios de la mecánica hasta la pintura y la tapicería.
«Siempre los ha habido, pero tal y como están las cosas parece que cada vez hay más. Nos suben los costes y además nos fustigan con impuestos, normativas y a la mínima nos multan, y a esta gente no les dicen nada. Hasta yo me he planteado de montar un taller ilegal», asegura el propietario del negocio. Otro empresario de un taller mecánico legal alerta también de los riesgos que suponen este tipo de actividades. «Además de no pagar impuestos ni seguridad social ni nada, es decir, de defraudar a Hacienda, también hay que tener en cuenta que estos talleres son un peligro para el medioambiente y para la seguridad», lamenta.
En este sentido, el propietario del taller denuncia que los negocios clandestinos lanzan el aceite y todos los residuos al campo, con el daño que ello provoca en el ecosistema, y advierte a los consumidores que te arreglan el coche sin ningún tipo de garantía. «Hay algunos que son mecánicos y saben hacer según que trabajos, pero también hay muchos chapuceros, y eso supone un riesgo para la seguridad de los conductores. A uno le soldaron un coche en un taller ilegal y se le partió por la mitad en medio de la autopista», cuenta, al mismo tiempo que recuerda que «otro cliente me contó que llevó su vehículo a uno de estos negocios para que le saliera más barato y cuando me contó lo que había pagado resulta que le salía más caro que conmigo».
En lo que llevamos de año, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha realizado seis inspecciones a talleres, de las cuales en cinco ocasiones no presentaron las licencias para realizar la actividad y se observaron diferentes infracciones, como en la gestión de los residuos creados y por no cumplir las necesarias medidas de seguridad. Por ello, en las inspecciones se realizaron 38 propuestas de sanción. La cifra de desmantelamientos en la provincia no fue muy diferente durante todo el año pasado, en 2021. Se realizaron ocho inspecciones a talleres de los cuales siete no presentaron licencia y en las que se llevaron a cabo 42 propuestas de sanción.
Las actividades sin licencia suponen un riesgo para la seguridad y el medioambiente
Una de las últimas inspecciones en las que se detectó que el taller era ilegal se realizó a finales de septiembre de este año en la localidad de L’Ampolla. Agentes del Seprona y del Servicio Fiscal de Tortosa localizaron en un paraje próximo a la antigua N-340, en el interior de una finca particular, un taller mecánico clandestino donde se realizaban trabajos de reparación y mantenimiento de vehículos. Durante la inspección, descubrieron varios vehículos en fase de reparación, así como herramientas de uso profesional y componentes relacionados con dicha actividad, como neumáticos usados, aceites, pinturas, baterías, motores desmontados, etc.
Este tipo de actividades provocan gran cantidad de residuos contaminantes que, fuera del control administrativo, pueden provocar episodios importantes de contaminación del medio natural, al carecer de cualquier medida en materia de seguridad industrial. Por ello, los agentes procedieron a la confección de diferentes denuncias en materia de residuos, seguridad industrial y licencias administrativas.
Otro de los talleres ilegales desmantelados estaba en Camarles. A principios de abril, los agentes del Seprona comprobaron que en este, situado en la pedanía de Lligallo de Gànguil, se estaban realizando tareas de reparación y mantenimiento de vehículos de todo tipo. Como consecuencia de la colaboración ciudadana recibida, llegaron a saber que el taller estaba instalado en los bajos de una vivienda particular. Durante el registro descubrieron maquinaria, herramientas e instalaciones propias de un taller mecánico profesional, comprobando las actividades que se venían desarrollando, todas sin Licencia Municipal Medioambiental, Registro de Seguridad Industrial ni Registro de Productor de Residuos.
Con todo, Emili Beltrán, secretario general de la Associació Empresarial de Tallers de Reparació i Venedors d’Automoció de Tarragona (Astave), quita hierro al asunto y, pese a reconocer la existencia de estas actividades ilícitas, asegura que «no se trata de un número extraordinariamente significativo, y mucho menos en comparación con otras provincias españolas». De todos modos, Beltrán denuncia que «las administraciones realizan muchas inspecciones a los talleres que abren de cara al público, que es lo fácil, pero no ponen los suficientes recursos para detectar aquellos negocios ilegales escondidos, a puerta cerrada. Este es el problema». Asimismo, el representante del sector cuenta que también han detectado mecánicos ambulantes, que se mueven con una furgoneta realizando trabajos sin la licencia necesaria.
