«Estamos viendo muchos casos de chicos jóvenes que están dando positivo. Está habiendo mucha transmisión entre ellos, y puede afectar puntualmente a personas más mayores que no se hubieran vacunado y que son de riesgo alto. Incluso hemos derivado a algún joven a atención hospitalaria», explica Jordi Daniel, miembro de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (CAMFiC) y médico en el CAP Salou.
Este nuevo incremento de casos de coronavirus, que algunos identifican con la llegada de una quinta ola de la pandemia, vuelve a tensar a los exhaustos profesionales de los CAP, ya muy golpeados por los sucesivos envites del virus. «Asistimos a un incremento importante del trabajo en la Atención Primaria durante estos días. Estamos recuperando la asistencia postergada, que no se pudo hacer el año pasado, asistiendo prácticamente a la normalidad, pero a eso se suma la gestión de la Covid-19, que ahora nos vuelve a exigir mucho», indica Daniel. A eso se añade un efecto muy claro de la pandemia que aflora ahora: «Estamos percibiendo ya mucha patología psicológica, problemas de salud mental derivados».
Repercusión asistencial
Salut tilda la situación de «preocupante», pese a que no habrá pasos atrás en la desescalada. «Esta misma situación con tanta gente joven infectándose, si no tuviéramos las vacunas, si estuviésemos en octubre o noviembre, sería muy complicada, para volvernos a confinar a todos como en la primera oleada», dijo ayer el conseller de Salut, Josep Maria Argimon, que habló de una incidencia «en forma de ola». El propio responsable de Salut alertaba de la afectación en Primaria. «Esta situación no se ha trasladado a las personas de mayor edad, las que están protegidas ya, lo que quiere decir que las vacunas funcionan. El impacto en los hospitales es mínimo y no hay afectación en la mortalidad. Pero sí que hay un impacto asistencial, en ámbitos como el de Primaria, que es el que está vacunando, además. Son personas que están doblando turnos. La gente está ya muy muy tensionada. Al final, nos dedicaremos a diagnosticar o nos dedicaremos a vacunar. Todo no puede ser», indicaba Argimon.
En Catalunya sirve el ejemplo del Reino Unido, «que nos lleva 20 días de antelación», en palabras de Argimon. Buena parte de los nuevos contagios tienen su causa en la variante Delta, que la próxima semana podría ser mayoritaria en Catalunya. Tarragona asiste a un boom de positivos que están desbocando la situación epidemiológica. En la provincia, los contagios se han triplicado en una semana. Del 23 al 29 de junio, ha habido 331 positivos sintomáticos detectados por antígenos, por los 100 que se registraron en la semana anterior. El alza es notoria si se miran los diagnósticos por antígenos y PCR: de 365 casos a 625, prácticamente el doble, según los datos de Salut. «La situación no se parece a la de otras olas, pero nos preocupa», asume el doctor Jordi Daniel. Salut notificó ayer 3.410 casos en Catalunya. La Rt o velocidad de transmisión, que siempre debe ser en inferior a 1 para que la pandemia remita, es superior tanto en la región del Camp de Tarragona (1,25) como en el Ebre (1,83). En el Camp, además, la tasa de positividad supera el 5%, lo que quiere decir que las cadenas de contagio se pierden y eso dificulta seguir el rastreo.
Ante esta situación, el conseller pidió «un esfuerzo más, responsabilidad y autorregulación» y añadió: «No quiero estigmatizar a la juventud, que bastante ha sufrido y sufre la pandemia. Todo el mundo está teniendo una conducta más que responsable pero ahora hay que vacunar y vacunar más», dijo el máximo responsable de salud.
Mireia García-Villarubia, vicepresidenta del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT), alerta de la situación: «Justo antes de irnos al puente de Sant Joan ya vimos que había un aumento, que ahora sigue. Hay un incremento de diagnósticos y de llamadas de contactos estrechos que tenemos que abordar, además con cambios de protocolos que tienen en cuenta la vacunación, por ejemplo. Todo eso requiere un trabajo añadido en Primaria».
Como un resfriado de verano
El enésimo repunte de trabajo en Primaria tienen, sin embargo, algunos componentes nuevos. «Detectamos sobre todo en jóvenes, asintomáticos pero también con síntomas distintos provocados por la variante Delta, que es mucho más contagiosa. Hay más moqueo y más estornudo, algo que antes no era tan común», relata García-Villarrubia, que recuerda que «hay pacientes jóvenes que pueden ser hospitalizados o acabar incluso en la UCI», así que «hay que mantener la prudencia porque esto aún no ha acabado». «Ahora llegan vacaciones y tampoco hay médicos suplentes que puedan sustituir», recuerda la representante colegial.
Roser Barceló, enfermera y responsable de vacunas en un área básica de Reus, avisa del «incremento en casos jóvenes y todo el trabajo que comporta de diagnóstico y seguimiento». «Hay una subida de contagios clara. En unos días hemos pasado de hacer 10 PCR o antígenos al día a realizar entre 50 y 80. La mayoría es gente joven que, además, socializa más y suele tener más contacto, por lo que el rastreo se hace mucho más difícil que en otros momentos de la pandemia», cuenta Barceló, que reconoce «la relajación en un colectivo joven que estaba deseando salir» y una dificultad añadida por la implantación de la mutación originaria de India: «La nueva variante provoca síntomas distintos, más similares al típico constipado de verano, con mocos y dolor de garganta, y eso hace que la detección sea más difícil».
