Los pescadores de arrastre de TGN, ante la veda biológica más longeva

El sector estará parado dos meses y diez días para empezar a reducir los días de pesca, tal como exige la normativa europea. 19 embarcaciones tarraconenses quedan amarradas

18 abril 2022 17:50 | Actualizado a 19 abril 2022 12:52
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Los pescadores del arrastre de los puertos de Tarragona, Torredembarra, L’Ampolla y L’Ametlla de Mar, se quedarán en tierra dos meses y diez días, a partir de hoy. No volverán a faenar hasta el próximo 1 de julio. Se trata de la veda biológica más larga de los últimos tiempos porque, por norma general, el paro es de dos meses. Este año se amplia dos semanas, o lo que es lo mismo, diez días hábiles. El motivo es contribuir a la limitación de los días de pesca, tal como exige el plan plurianual del Mediterráneo, presentado por Europa. La normativa pretende que, en el año 2025, las jornadas de pesca se vean reducidas un 40%. El plan pide que esta reducción se vaya haciendo de manera progresiva año tras año, hasta llegar al objetivo final. El sector está en contra de esta ley, que busca poder pescar solo seis meses al año, lo que haría inviable el negocio. Pese a ello, a los pescadores no les queda más remedio que respetar las reglas impuestas desde Europa.

Esta normativa marca el número de días que no se puede ir a pescar, dependiendo de los metros de eslora que tengan las embarcaciones. Cuando más grande sea el buque, más días permitidos. «No entendemos en qué se basan para tomar este tipo de decisiones, ni comprendemos porque nuestros puertos son los más castigados, si somos los que más vedas hacemos», explica Rosa Sans, secretaria de la Confraria de Pescadors.

A partir de hoy, las 19 embarcaciones del arrastre de Tarragona quedarán amarradas hasta principios de julio, mientras que las barcas que van a la gamba, que son cinco, no pararán hasta el 1 de mayo.

Durante estas próximas semanas sin actividad, los armadores aprovecharán para arreglar y hacer trabajos de mantenimiento a sus embarcaciones. «Mañana viene el mecánico para hacer una gran reparación al motor. El lunes que viene nos hacen una revisión y, el día 6, la barca va al varadero para hacer una segunda inspección», explica Ramon Budesca, armador de la Nova Tortosina. Por otro lado, Tomas Escoda, de la embarcación Xarinola, asegura que «aprovechamos para ponerlo todo a punto estos días, porque no nos podemos permitir no salir un día por una avería. Todo debe estar perfecto». Y es que, entre los días marcados por la normativa, las vedas biológicas y los temporales, cada vez son menos las jornadas laborales para este colectivo.

Durante estos 70 días, las embarcaciones no salen y, por lo tanto, las empresas no facturan. Por su lado, los marineros gastan y cobran del paro, mientras que los armadores viven de los ahorros que han hecho a lo largo de la temporada. No es hasta finales de año, cuando la Unión Europea les paga una parte de la veda. «Nos han dicho que este año nos pagarán un 33% de la jornada, llevando a cabo un promedio desde el año 2017 hasta 2019», explica Budesca. Y esto ocurrirá en el mejor de los casos, teniendo en cuenta que, algunos años, el sector se ha quedado sin subvenciones. «Para poder cobrar las ayudas, es obligatorio contar con un expediente limpio, sin ninguna sanción», comenta Budesca, quien añade que la administración hace trampas. «Si nos denuncian por alguna infracción grave, nos obligan a devolver todas la ayudas de los últimos cinco años», asegura el armador.

«Son muchos días sin trabajar»

Budesca explica cómo vive él la veda. «Son muchos días sin poder salir a trabajar. Cuando llegamos a finales de junio, ya nos empezamos a poner nerviosos. Vemos como las cartillas del banco empiezan a bajar y recuperar el dinero no es fácil», explica el armador, quien añade que «si la temporada ha ido bien, se aguanta. Pero si, por el contrario, ha sido dura, no hay manera de resurgir».

Jaume Sans, armador de la embarcación Joan i Maria, opina que «todas las imposiciones son malas. Con dos meses de paro, teníamos más que suficiente. Sin embargo, tenemos que hacer caso a Bruselas porqué si no las sanciones a las que nos enfrentamos nos acabarían hundiendo». Por su parte, Escoda asegura que «desde las federaciones siempre hemos rechazado esta normativa europea que nos obliga a reducir días de pesca. No sabemos porque, pero siempre acabamos acatando».

Y es que estos diez días de más de veda que se hacen en esta ocasión, es solo el principio. «A mi me quedarán todavía unos 17 o 18 días por quedar amarrado. La cosa es seria», apunta Escoda, quien ha calculado que este año solo trabajará 8 meses. «Ya me dirán qué tipo de negocio aceptaría estas condiciones», añade el armador.

¿Habrá pescado en el Mercat?

Que las barcas del Serrallo no salgan a faenar, no significa que en las pescaderías no podamos encontrar producto de proximidad. Esta vez, la veda está limitada a los puertos de Tarragona, Torredembarra, L’Ampolla y L’Ametlla de Mar. Pero los pescadores de La Ràpita y de Vilanova i La Geltrú continuarán pescando. Las paradas biológicas van por zonas. Ahora, toca Tarragona.

«Los pescaderos ya nos espabilamos para poder traer a nuestras paradas y tiendas pescado del Mediterráneo. Que nadie se preocupe», explica Kiku Dalmau, propietario de la pescadería Rita del Mercat Central de Tarragona. En estas circunstancias, Dalmau debe desplazarse hasta otros puertos para buscar género fresco, siempre que no se lo traigan, como pasa muy a menudo.

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