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Los cinco años del arzobispo Joan Planellas, en diez claves

Una etapa marcada por las disculpas a las víctimas de abusos sexuales y a las del franquismo. Algunas voces aseguran que la institución no pasaría por su mejor momento

06 junio 2024 15:38 | Actualizado a 07 junio 2024 07:00
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El 8 de junio de 2019 –mañana hará cinco años– el teólogo gerundense Joan Planellas tomaba posesión como arzobispo de Tarragona. Lo hacía envuelto de polémica, en un momento no muy bueno para la iglesia tarraconense. Los casos de abusos y el mal estado del patrimonio marcaban la agenda religiosa del territorio. Han sido muchos los retos a los que se ha enfrentado Planellas a lo largo de estos cinco años. Sin olvidar que, cuando todavía no hacía ni un año que estaba en el cargo, llegaba la pandemia. Algunas voces aseguran que el religioso nunca se ha acabado de sentir del todo a gusto alejado de su amada tierra, L’Empordà. Sea como sea, Planellas ya forma parte de la historia de la iglesia tarraconense. Analicemos, a través de diez claves, el paso del arzobispo por nuestra diócesis.

1. Un aterrizaje polémico

La asamblea de entidades del Seguici Popular de Tarragona rechazó acompañar a Planellas en su toma de posesión. La negativa causó sorpresa y revuelo entre la ciudadanía, ya que se trata de un gesto que tradicionalmente se ha hecho con la llegada de un nuevo arzobispo. Cabe recordar que la decisión tuvo lugar en un contexto de denuncias de pederastia en el entorno del Arzobispado tarraconense.

2. Un arzobispo que tomó partido en los casos de abusos

En febrero de 2021, Planellas llevaba ante la Fiscalía un posible caso de abusos sexuales –ya prescritos– por parte de mosén Manuel Fuentes, director del Arxiu Històric del Arzobispado de Tarragona. Y la cosa no quedó ahí. Unos meses más tarde, Planellas impuso para el prevere acusado una lista de penas, entre las cuales había la suspensión durante quince años de sus responsabilidades pastorales y la prohibición expresa de estar con menores de edad sin la presencia de un adulto.

En enero de este año, Planellas hacía un paso adelante y se reunía personalmente con las víctimas de abusos. Escuchaba su relato y les pedía perdón, en un acto que nunca antes había sucedido. Finalmente, a principios de año, el Arzobispado de Tarragona activaba una página web donde poder presentar una denuncia de forma anónima. Todas ellas son acciones que demuestran el compromiso de Planellas para reparar el daño hecho a las víctimas de abusos por parte de la iglesia.

3. De personalidad ‘catalanista’

A su llegada a Tarragona, la rumorología ya apuntaba que se trataba de un arzobispo independentista. Los rumores crecieron después de que Planellas, antes de llegar aquí, colgara una estelada en el campanario de Jafre (Girona).

Durante su etapa en Tarragona, el arzobispo denunció que el catalán era la lengua «débil» en el ámbito eclesiástico. Lamentó el «sobreesfuerzo constante» que se debe hacer para traducir los textos en castellano, enviados por el Vaticano.

4. Con la mirada puesta en los más vulnerables

Planellas no llevaba ni un año en la diócesis tarraconense cuando explotó la pandemia del coronavirus. A parte de celebrar una misa en honor a los fallecidos por la Covid, Planellas siempre se mostró reivindicativo con la situación que estaba viviendo la gente mayor. En más de una ocasión, el arzobispo expresó que la pandemia había sacado a la luz el sufrimiento de muchos ancianos en residencias y denunció que murieran «abandonados», tal como decía él.

No solo se ha preocupado de los enfermos. También de aquellos que huían de las bombas. Prueba de ello es que en marzo de 2022, el arzobispo cedía de forma gratuita el edificio del Seminari de Tarragona y de la Casa d’Exercicis Cardenal Arce de la Selva del Camp para acoger más de un centenar de refugiados ucranianos.

5. Acuerdo por la cesión del Centre Catòlic

A nivel más concreto, pero también de gran importancia fue el acuerdo entre el Ayuntamiento de Reus y el Arzobispado de Tarragona por la cesión del Centre Catòlic, de forma gratuita y por 50 años. Tras una negociación dura, llegaron a un acuerdo.

6. Abre la iglesia a las mujeres

Una de las novedades que presenta la iglesia tarraconense desde la llegada de Planellas es el aumento de presencia femenina en la institución. Tanto es así que, en algunas parroquias, son mujeres las que conducen las celebraciones dominicales. La única diferencia con una misa al uso es que en estas no hay plegaria eucarística –la parte de la consagración del pan y del vino–.

A principios de este año, Planellas se reunió con las víctimas de abusos por parte de la Iglesia

7. Apuesta por el patrimonio histórico

Justo a principios de este año, la Catedral de Tarragona ha estrenado una ruta arqueológica que permite conocer en profundidad la evolución del templo desde el período romano hasta nuestros días. El nuevo itinerario permite hacer un recorrido por los muros que configuraban el perímetro del Recinte de Culte Imperial, también conocido como Templo de Augusto.

Además, en esta línea, en la etapa de Planellas se ha puesto en marcha los Espais de la Setmana Santa, un recorrido que permite ver de cerca las esculturas religiosas.

La recuperación de la iglesia de Sant Pere de Savallà del Comtat, la reconstrucción de la bóveda de la iglesia de Sant Feliu Màrtir de Constantí y la apertura de Santa Tecla La Vella, son otros de los hitos del arzobispo Planellas.

8. El perdón más esperado

Sin ninguna duda, la sorpresa llegó el pasado mes de abril, en el homenaje anual a las víctimas de la represión franquista. El vicario Joan Àguila –como portavoz del Arzobispado de Tarragona– pedía perdón por el papel de la Iglesia durante el franquismo. Reconoció que se habían equivocado y manifestó su proximidad a las víctimas. Además, aseguró que la Iglesia puede ayudar a la recuperación de la memoria. Ahora, es momento de entrar en acción, de pasar de las palabras a los hechos. ¿Qué hará el Arzobispado para reparar el daño causado?

9. Dimisiones y reorganización

A nadie se le escapa que el Arzobispado de Tarragona no está pasando por su mejor momento. Todo empezó con la huida del sacerdote Simó Gras, quien dejó el cargo religioso para emprender una carrera política. La siguiente sustitución fue la del vicario general. En el lugar de mosén Joaquim Fortuny, entraron dos sacerdotes, Joan Aguilà y Víctor Mosquera. Finalmente uno de ellos dimitió. La guinda del pastel llegó con la dimisión del equipo de ecónomos, cosa que generó muy mal ambiente en la institución.

Cierto es que cuando un arzobispo llega nuevo a una diócesis se acostumbran a hacer cambios y, en este caso, algunos no han acabado de sentar bien. Algunas voces aseguran que la manera de hacer de Planellas no acaba de encajar con la organización de la institución.

10. Perfil bajo en el conflicto de La Sang

El Arzobispado de Tarragona no se moja en el conflicto de La Sang. Pese a que algunos congregantes pidieron a Planellas que cesara del cargo al prefecto de La Sang, el arzobispo ha optado por dejar el caso en manos del juez. Cabe recordar que el conflicto viene dado por la demanda que un congregante ha interpuesto contra La Sang y contra la Soledat, por haber cambiado de nombre la propiedad de la iglesia de Natzaret y de la Casa de la Sang, sin haberlo comentado antes a los miembros de la junta. El Arzobispado no tomará medidas al respecto, «por no interferir a las actuaciones judiciales», aseguraba la institución en un comunicado.

Durante su etapa, se ha puesto en marcha una ruta arqueológica
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