Las obras del nuevo Hospital Joan XXIII de Tarragona ya han empezado, y con ellas, comienzan las primeras afectaciones, tal como estaba previsto. En primer lugar, la sala de radiología de Urgencias se traslada temporalmente a la zona de espera de pediatría. Los niños con sus padres deberán esperar el turno en la sala general. Además, el office de enfermería –el que está ubicado justo a la entrada del edificio principal, a mano derecha–, también se traslada a la sala de espera de Urgencias pediátricas. La duración de estos trabajos previos durarán unas tres semanas más, teniendo en cuenta el montaje y desmontaje del equipamiento.
El tan esperado inicio de la sobras llega después de que se adjudicaran los dos contratos de la primera fase de las obras, que corresponden a los trabajos previos antes de levantar lo que será el edificio principal, conocido como CORE. El ejecutivo catalán ha inyectado durante el primer trimestre de este año un total de 11 millones de euros.
En esta primera fase se construirá el edificio puente que debe unir el futuro edificio principal y el C –el de Urgencias–. Además, se adaptaran los accesos durante las obras, se llevarán estudios arqueológicos, y se cambiará la ubicación de las salidas de emergencia.
Es importante destacar que el acceso al helipuerto también será adaptado en los próximos días y que, en cuestión de cuatro meses, el equipamiento se trasladará a un terreno cedido por el Ayuntamiento, a 800 metros del actual. Así será hasta que acaben las obras.
La licitación de la obra principal se llevará a cabo entre el último trimestre de este año y el primero del año que viene. El nuevo hospital estará listo en la primavera de 2025, cuando será el turno de equipar las instalaciones. La previsión de las autoridades sanitarias catalanas es que en 2026 el nuevo complejo sanitario empiece a funcionar.