Las familias desalojadas el jueves de un edificio de El Serrallo llevaban meses –e incluso en algún caso, años– denunciando el mal estado de sus viviendas. Explican que los hogares no estaban en condiciones. «Llevamos tres meses con bronquitis y el médico nos dice que la causa son las humedades y el moho que tenemos en casa», dice Jordi, uno de los afectados. Tras las quejas de algunos vecinos, hace diez años la propiedad aceptó llevar a cabo mejoras en los cuatro edificios. «Solo fue un lavado de cara. La muestra de ello es que ayer, al ocurrir el incidente, se dejaron ver las vigas. Estaban rotas y llenas de termitas», dice José Luis, el hijo de otra de las afectadas.
Los hechos que desataron el desalojo de las cuatro familias ocurrieron durante la tarde del jueves 30 de marzo y se centran en el bloque número 22 de la calle Espinach del barrio marinero de la ciudad. Uno de los vecinos llevaba seis meses quejándose de una filtración de agua en su casa. Finalmente, vinieron unos técnicos para determinar cual era el origen del problema. Detectaron una fuga de agua e hicieron una cata en una de las paredes. Fue entonces cuando cedía parte del suelo de una de las viviendas, dejando al descubierto una de las vigas que aguanta la estructura del bloque. «El operario hubiera podido hacerse mucho daño, ya que se le hundió la pierna», recuerda uno de los vecinos.
Rápidamente llegaron al lugar los bomberos, la Guàrdia Urbana y el arquitecto municipal quien, después de realizar una primera valoración de los daños, decidió desalojar todo el edificio y precintarlo. Dijo, textualmente, que dos de las vigas estaban rotas y que todas estaban llenas de termitas.
Desi Dragova, vecina del 1º 2ª, lleva unos seis meses viviendo en el edificio. Al ver como estaba el piso, decidió hacer unas obras que le costaron unos 10.000 euros. «Lo peor de todo es que las filtraciones han vuelto a aparecer y nadie de la propiedad nos coge el teléfono», explica Dragova, quien añade que «también estuvimos un mes sin agua y nadie hizo nada». Y como esta historia, muchas otras. «Mi madre estuvo esperando tres meses a que le cambiasen el calentador», dice José Luis, otro afectado. El Diari ha intentado ponerse en contacto con la propiedad, pero esta no ha dado respuesta.
Durante el día de hoy viernes, el arquitecto municipal ha elaborado un informe sobre las deficiencias estructurales que presenta el edificio. Este informe pasará al departamento de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento, organismo encargado de requerir al propietario que realice las obras de reparación de forma urgente.
Realojamiento
Tres de las cuatro familias desalojadas han pasado esta noche y hasta la del domingo, en el hotel SB Express Tarragona. La otra familia en la pensión Carmen, del Barri del Port. El motivo es que son pescadores y deben estar cerca de El Serrallo. Es una medida que tomaron los técnicos de Serveis Socials del Ayuntamiento. Ahora, la duda está donde se alojarán los afectados durante los próximos días.
Por su parte, el Ayuntamiento asegura que ninguna de las cuatro familias se encuentran en «situación de vulnerabilidad» y que, por lo tanto, deberá ser la compañía de seguros de la vivienda quien deberá hacerse cargo de su alojamiento.
Las familias han recorrido la ciudad en busca de soluciones. «Fuimos a las fincas y no nos dieron ninguna solución. Tampoco la policía. Nos sentimos solos y desamparados», dice Dragova, una vecina.