La crisis energética ha impulsado la necesidad de desarrollar producción propia de energía como mecanismo para reducir el impacto del gasto en el futuro, la huella ecológica y la dependencia energética externa. Por eso la Universitat Rovira i Virgili tiene diferentes instalaciones de energía fotovoltaica ya en funcionamiento, en montaje y programadas hasta el año 2025 a los campus de Tarragona, Reus, Vila-seca y Tortosa y la bodega experimental Mas dels Frares en Constantí.
Hoy jueves se ha presentado al Consell de Govern de la Universitat el informe de despliegue, que prevé que la producción máxima anual sea equivaliendo al 14,5% del consumo de la electricidad del 2022 al 2025, una vez cumplida la instalación de placas solares en todas las cubiertas posibles y rentables y teniendo en cuenta que el potencial nominal y la energía generada anual varía en función de la instalación y la ubicación, por lo tanto, también lo hace el porcentaje de energía generada sobre el consumo anual.
Juan Antonio Duro, vicerector d’Economia, Infraestructures i Relacions Institucionals,, ha hecho un repaso del estado de ejecución: ya están en marcha las instalaciones de la cubierta del aulario y parte de los despachos del campus Catalunya, con una energía generada anual de 244,3 megawatios por hora (MWh); el edificio del campus Terres de l’Ebre, con 159,9 MWh, y la cubierta del aulario de las escuelas de ingeniería del campus Sesclades, con 148 MWh, que se ampliará este año con la instalación que ya está en montaje y que generará 105,7 MWh.
Entre este 2023 y 2024 (fase III) será el turno del campus Bellissens, en Reus, donde habrá placas en el tejado de la Facultad de Economía y Empresa que generarán 169,4 MWh, y 111,1 MWh más en la Escuela de Arquitectura y el Centro Tecnológico de Nutrición y Salud.
A continuación, ya en la fase IV, se ampliarán las instalaciones a las cubiertas de edificios del campus Sescelades que ahora no disponen (al Servicio de Recursos Científicos y Técnicos y en la Casa de los Conserjes) y también a la bodega de Mas dels Frares de la Facultad de Enología, en Constantí. Este último con una previsión de porcentaje sobre el consumo anual que llegaría al 72,4%, en base al consumo de energía anual del 2022.
Ya en 2024 y 2025 se cubrirá, en la fase V, los edificios de la Facultad de Química y la Facultad de Enología, del CRAI, de los laboratorios docentes y los departamentos de las escuelas de ingeniería y del Centro de Transferencia de Tecnología e innovación, al campus Sescelades, así como también el edificio de la Facultad de Turismo y Geografía, al campus Vila-seca.
El informe presentado también hace una estimación de la inversión y el ahorro en el consumo de energía que supondría la colocación de nuevos paneles solares en otras ubicaciones de la Universidad, concluyendo en qué casos se desaconseja, cuáles hay que estudiar a largo plazo, cuáles suponen una inversión y producción pequeñas y qué pueden ser prioritarios.
Este último es el caso de las cubiertas de la ETSE y la ETSEQ y la Facultad de Química y la Facultad de Enología, en Tarragona, y la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, en Reus, que ya están previstas o pendientes de programación para ejecutar hasta el 2026.
La inversión del despliegue, desde que se inició hasta que acabe la última fase, habrá estado de 1,4 millones de euros, de los cuales se han ejecutado 400.000 en la primera y segunda fase. Del millón restante, la instalación prevista al campus Bellissens está presupuestada en 300.000 euros, y para las últimas fases se prevé una inversión de 700.000 euros, con el objetivo de financiar externamente el máximo posible.
El mismo consejo ha aprobado el destino de los remanentes del ejercicio pasado, una parte de los cuales se destinaría precisamente a la instalación de fotovoltaica si no se dispone de financiación externa. También se destinará en el programa de infraestructuras y equipaciones estratégicas, formación y apoyo a la investigación y formación y desarrollo del PAS.
