Una investigación internacional en la que ha participado la Universitat Rovira i Virgili ha permitido desarrollar sistemas de detección de compuestos químicos, entre ellos el gas mostaza y el gas nervioso.
El proyecto SENSOFT (Sensibilidad Inteligente para la rápida respuesta a amenazas químicas en espacios vulnerables) tiene la intención de poder instalar estos sensores en lugares concurridos, como aeropuertos, centros comerciales o teatros.
El grupo MINOS (Microsystems Nanotechnologies for Chemical Analysis) del Departamento de Ingeniería Electrónica, Eléctrica y Automática de la URV ha sido el encargado de desarrollar estos sensores.
«La idea inicial del proyecto era buscar métodos que pudieran dar una respuesta rápida ante un ataque químico. Que los equipos que tienen que intervenir para desactivar el problema tengan enseguida información sobre lo que está pasando», explica uno de los investigadores de la URV, Eduard Llobet.
El sensor consta de dos equipos: el primero va detectando los gases en tiempo real y el segundo va acumulando la información. «Los sensores alertan y este sistema alternativo confirma. Así, las personas que tienen que responder a un posible ataque, llegarían al lugar protegidos y con el detector y comprobarían si hay peligro real», reitera Llobet.
Hacia el final del proyecto se llevó a cabo un ejercicio de evaluación y validación de los dos sistemas desarrollados que ambos superaron con éxito.
Actualmente se está empleando para otros fines, como por ejemplo la detección de tóxicos en el medio ambiente y el control no invasivo de personas vulnerables que viven solas a través de determinados gases que permiten saber la actividad humana que se lleva a cabo a en una casa.