Es posible que a medida que pasen los días, los tres ocupantes del turismo que en la madrugada del sábado chocó contra la rotonda aérea de Les Gavarres, el polígono comercial de Tarragona, entiendan que salvaron la vida por una red metálica instalada en este punto de la red viaria.
El sábado 10 de febrero, de madrugada, los tres ocupantes del turismo rojo (de la marca Honda) alcanzaron la rotonda a una velocidad excesiva. Circulaban por la T-11 y venían desde Reus. El impacto del coche se llevó por delante el quitamiedos metálico y el vehículo terminó subiendo el montículo de arena e impactando con la red metálica que está en la cima.
El coche sufrió daños, los pasajeros no. Contusiones y poco más. La red absorbió la velocidad y permitió que el coche quedara encima de la montaña de arena, a pocos metros del agujero de la rotonda aérea y lejos del asfalto de la A-7 la autovía que cruza por debajo.
Mossos d’Esquadra del área de Trànsit se encargaron del atestado del accidente e imputaron al conductor un delito contra la seguridad del tráfico por conducir bajo los efectos del alcohol. La tasa que dio el conductor del turismo triplicaba la permitida por ley, que es 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire aspirado (mg/l). Aparte de la embriaguez, no había otras irregularidades.
El accidente pudo ser peor sin la red metálica que el Departamento de Carreteres instaló en 2018 con un coste de 50.000 euros. Y la razón de su colocación fue precisamente un accidente fatídico con dos muertos y un herido grave del 2 de febrero de 2018.
El accidente abrió un debate sobre la rotonda aérea de Tarragona. Más allá de la velocidad del coche, que superaba los límites de la vía de largo, el riesgo de caer por el orificio central era probable.
Por ello, se decidió reforzar la seguridad de la rotonda con New Jersey de cemento y quitamiedos, además de la instalación de la red metálica, que anualmente se supervisa para que pueda frenar cualquier percance como el del fin de semana.
En 2022, el Juzgado de lo Penal número 4 condenó al conductor del vehículo a cuatro años de cárcel y a una indemnización de casi 350.000 euros. La sentencia la recurrió la defensa del conductor y este enero se conocía la sentencia de la Audiencia Provincial que ratificaba la pena de cárcel para el acusado.