<iframe src="https://www.googletagmanager.com/ns.html?id=GTM-THKVV39" height="0" width="0" style="display:none;visibility:hidden">
Whatsapp Diari de Tarragona

Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
Diari
Comercial
Nota Legal
  • Síguenos en:

La procesión pierde la mitad de cofrades en las filas en 10 años

En 2014 desfilaron con el ‘atxa’ 1225 congregantes, mientras que en 2023, 629. La pandemia, la duración del acto y la falta de relevo generacional podrían ser algunas de las causas

27 marzo 2025 13:11 | Actualizado a 28 marzo 2025 07:00
Se lee en 2 minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
0
Comparte en:

La procesión del Sant Enterrament, que se celebra cada Viernes Santo en Tarragona, ha perdido en los últimos diez años la mitad de los participantes en las filas. Nos referimos a aquellos cofrades que desfilan en los laterales y que acompañan a los misterios dándoles luz con las atxas –una especie de cirio largo–. Según datos a los que ha tenido acceso el Diari, en 2014, salieron a filas un total de 1225 congregantes, mientras que en 2023 –últimos datos de los que se dispone– fueron 629. Casi un 50% menos en cuestión de diez años. Una tendencia que ya se registró antes del 2020 y que la pandemia acabó de rematar.

En 2014, el número total de participantes en las filas fue de 1225. En 2015, no se recogieron los datos, y en 2016 fueron 1073. Al año siguiente se registraron 881 congregantes, en 2018, 871 y en 2019, 811. Y aquí llega el momento clave del declive. En 2022, tras dos procesiones no celebradas por la pandemia, los cofrades que desfilaron fueron 557. En 2023, 629. No hay datos del año pasado.

$!Campaña Ecce Homo.

La entidad que más cofrades lleva a filas es la Congregació de Senyores de la Mare de Déu de la Soledat. El Gremi de Marejants ostenta el segundo puesto. «Somos de los que menos hemos notado esta bajada», explica Francesc Seritjol, copresidente del Gremi de Marejants, quien añade que «la mayoría de nuestros cofrades son gente que sale por tradición familiar o porque tienen algún vínculo con un portant o un timbaler».

Hace años, lo normal era que hubiera más personas desfilando con el atxa que portants o músicos. La tendencia ha cambiado. Prueba de ello es que, en el caso del Sant Sepulcre, por poner un ejemplo, de los 114 congregantes que participaron en la procesión del 2023, 37 iban a filas, mientras que 56 llevaban el misterio y tocaban el tambor. Los restantes hacían otras funciones. Casi en todas las entidades pasa lo mismo.

El número de portants y de músicos se ha mantenido en los últimos años y, en ocasiones, ha mejorado. En la actualidad, los congregantes prefieren participar de una forma más activa dentro de la entidad, ya sea llevando un paso o tocando el tambor. De esta manera, su papel no se limita solo a llevar un cirio durante tres horas el Viernes Santo. «La gente tiene ganas de implicarse a la congregación. Les gusta ensayar y encontrarse con sus compañeros de cofradía semana tras semana durante tres o cuatro meses», explica Iván Medina, presidente de la Agrupació d’Associacions de la Setmana Santa de Tarragona y miembro de la junta de la Cofradía del Cristo del Buen Amor. Medina dice que, normalmente, en las filas iba gente mayor que han dejado de salir por la edad.

Joaquim Nolla, presidente del Ecce Homo, asegura que su congregación también ha notado esta pérdida. «La gente prefiere involucrarse de lleno, tocar el tambor o llevar el paso. Esto es positivo y nos hace sentir orgullosos como entidad. El problema es que las filas han quedado más pobres», dice Nolla.

Posibles causas

Tal como demuestran los datos, la llegada de la Covid representó un antes y un después para la procesión. Pero hay más. Hay quien opina que la gente se aburre. Que estar tres horas aguantando un cirio, parando y arrancando de forma intermitente, no es una experiencia que atraiga al público.

También hay quien durante la pandemia descubrió que por Setmana Santa se podía ir a esquiar, por poner un ejemplo. «A estos cuesta mucho volver a engancharlos», dice Maria Grau, subprefecta de La Sang, entidad organizadora de la procesión.

Otra de las posibles causas podría ser la duración del acto, que se puede alargar más de tres horas. «El modelo de actos está cambiando. Antes hacíamos presentaciones de opúsculos de dos horas con una semitesi, y ahora, la acortamos a una hora y con audiovisuales. Nos adaptamos a los nuevos tiempos», dice Seritjol.

Por su parte, Grau opina que el recorrido o la duración de la procesión no es un motivo para que la gente deje de participar en las filas, y apunta como otra de las causas a la desafección que hay en general con un sector concreto de la Iglesia.

Campañas para captar cofrades en las filas

«Déjala salir del armario». Este es el eslogan de la campaña que ha puesto en marcha la congregación del Ecce Homo. La iniciativa busca, en primer lugar, animar a los cofrades a que vuelvan a participar en las procesiones y, en segundo lugar, a que si no pueden o no quieren hacerlo, cedan su vesta para que otro pueda probar la experiencia. «En nuestra entidad, algunos cofrades alquilan la vesta para poder salir. El stock está en crisis y hacer una vesta de nuevo es muy caro», explica Joaquim Nolla, presidente del Ecce Homo.

Son muchas las congregaciones que este año han apostado por este tipo de campañas, con el objetivo de devolver las ganas y la ilusión a aquellos que alguna vez participaron.

Comentarios
Multimedia Diari