El departamento de Acció Climàtica publicó este miércoles una licitación valorada en más de un millón de euros para el suministro de diversos artículos para la Xarxa de Vigilància i Previsió de la Contaminació Atmosfèrica de Catalunya. El contrato, dividido en once lotes, contempla la renovación de algunos equipos como los de dióxido de azufre así como la ampliación de captadores pasivos de amoniaco en diferentes puntos de Catalunya.
El punto más diferencial, sin embargo, es la demanda de 14 sensores de monitorización de sonido y tres sonómetros para hacer su seguimiento. Según reza el documento firmado por la Generalitat, estos lotes en concreto atienden a «la preocupación de la ciudadanía del Camp de Tarragona y la importancia de la industria petroquímica en el territorio».
La Generalitat tiene asignadas las funciones de prevención, vigilancia y reducción de la contaminación acústica para evitar una posible afectación al medio. Asimismo, el departamento debe prestar ayuda técnica y jurídica para la elaboración de mapas estratégicos de sonido a entidades municipales y titulares de infraestructuras.
Actualmente, el gobierno catalán cuenta con mapas como estos en carreteras o ferrocarriles, así como en áreas con mucha aglomeración. El área de Tarragonès cuenta con el suyo propio promovido por los ayuntamientos de Tarragona y la Canonja y firmado en 2021.
Ahora Acció Climática considera que la singularidad de este territorio, el cual alberga el mayor polo industrial químico del sur de Europa, «hace necesario incrementar la vigilancia de la calidad del aire y del medio acústico en este». La Generalitat considera necesaria la monitorización continua de aquellos puntos donde hay múltiples fuentes de sonido para controlar que «los niveles de inmisión no se incrementan sin poder establecer su origen».
La Associación Empresarial Química de Tarragona ya está al tanto de este proyecto del departamento y aseguran que la voluntad de la asociación es «continuar impulsando el complejo químico de Tarragona como un modelo de referencia a nivel europeo», lo cual implica los valores de «sostenibilidad, seguridad e igualdad».
Ubicación por determinar
El material requerido en la licitación se dispondrá en las ubicaciones detalladas por la Xarxa de Vigilància i Previsió de la Contaminació Atmosfèrica de Catalunya, sin embargo, los sensores de sonido no cuentan aún con un emplazamiento exacto. El contrato especifica que estos se distribuirán en los municipios cercanos a la industria petroquímica, tanto en el polígono norte como sur, pero su instalación exacta no forma parte del contrato publicado.
A finales de marzo de este año, la secretaria de Acció Climàtica, Anna Barnadas, se reunió con los alcaldes de las poblaciones limítrofes con el complejo detallando la necesidad de establecer un «plan de vigilancia del ruido», dada la gran cantidad de empresas que concentra el territorio y la «variabilidad temporal a la que producen» por su funcionamiento durante las 24 horas del día.
Por este motivo, la secretaria considera necesario «una actualización periódica de los datos y un seguimiento regular de los focos principales».
El objetivo de este plan sería conectar los equipos a plataformas en la nube que visualizarán, tratarán y analizarán los datos obtenidos por los sensores.
Por lo que se refiere a sensores químicos la red cuenta con 13 puntos de medida en el territorio del Camp de Tarragona, cinco de ellos están en la capital, repartidos entre los distritos de Bonavista, Eixample Sud, el Loreto, Sant Salvador y en la Universidad Laboral.
Con estos puntos, y otros muchos repartidos por toda Catalunya, el gobierno catalán evalúa la calidad del aire y su evolución.
El territorio será el primero en incorporar un seguimiento del sonido en una zona industrial. Los equipos solicitados son de clase 1, los de mayor precisión.
En total los 14 sensores y los 3 sonómetros ascienden a un presupuesto de 81.860 € con IVA y las ofertas se podrán presentar hasta el 15 de septiembre.