No era un domingo cualquiera. Después de casi 40 años, La Caleta ha cerrado definitivamente sus puertas, lo que ha hecho que este domingo 30 de junio en el emblemático restaurante del Passeig del Passeig Marítim Rafael de Casanova se viviera una jornada llena de emociones y sensaciones intensas, de aquellas difíciles de borrar y de gestionar si uno es de lágrima fácil.
Tras los mandos de este Dragon Khan de sentimientos, el propietario, Román del Olmo, quien navegaba en un mar de sensaciones convulso, en el que la pena por dejar atrás el negocio iniciado por su madre, Avelina del Olmo, se mezclaba con la ilusión por dedicarse a su propio proyecto. «Son muchas emociones», reconocía compungido. Por este motivo, desde un primer momento se intentó imponer un escenario de ‘normalidad’ para que los clientes pudieran despedirse de La Caleta de siempre, la que ha marcado las celebraciones de varias generaciones de tarraconenses con elegancia y discreción
Algunos clientes han pasado hasta en cinco ocasiones a despedirse del restaurante
Dentro de la cocina, la preparación de los postres y los manjares que han configurado una carta que incorporaba los platos más recientes con aquellas recetas tradicionales o de temporada, que han sido el ADN del establecimiento. Es el caso del brioche de tartare de ternera angus y yema confitada, los rebozuelos con parmentier, huevo poché y papada ibérica o la gamba de Tarragona. «En un primer momento valoramos si haríamos alguna cosa especial, pero al final decidimos mantener la carta para que todo el mundo pudiera escoger», indicó Del Olmo.
Su propietario explicó que desde que en enero anunció que cerraba las puertas, «son muy pocos los días que no hemos llenado». Encontrar una mesa para un fin de semana ya era misión imposible desde hace meses y algunos clientes han pasado hasta «en cinco ocasiones» a despedirse.
Este domingo fue el turno de los familiares más próximos, amigos de las dos generaciones que han estado al frente del restaurante desde 1985 y algunos vecinos, un adiós en familia que reunió a una cuarentena de personas en este fin de etapa.
Hace semanas que las reservas para estos últimos días ya estaban completas
Román del Olmo agradecía el trabajo del equipo que le ha acompañado en esta etapa. «Durante todo este tiempo he sentido su apoyo incondiconal hasta el último momento», afirmaba. Unas semanas con «mucha carga de trabajo», en los que La Caleta ya ha ido preparándose para esta nueva etapa.
A las seis de la tarde La Caleta cerraba definitivamente sus puertas. A partir de este lunes empieza una nueva etapa en la que estos días tocará «reorganizar muchas cosas» y «hacer gestiones». Cerrar tratos con los proveedores y hablar con las compañías de suministros ocuparán esta primera semana de este joven empresario hasta la semana que viene. A partir de ahí se sumergirá en el nuevo proyecto: La Caleta Selecció, dedicada a la venta on-line y al servicio de catering. «Tocará aterrizar después de unas semanas muy intensas tanto a nivel emocional como físico», reconoce Román del Olmo. A los 44 años y después de toda una vida en La Caleta, donde empezó a trabajar a los doce años, Del Olmo inicia una nueva etapa en el que la gastronomía y la restauración seguirán marcando el ritmo de su vida